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Sector bancario: ¡algo huele a podrido!
hace 7 años - lunes, 30 de mayo de 2016
Nuevas noticias sobre un sector, el bancario, en el punto de mira. Vea nuestra postura.
Durante los últimos años no nos hemos cansado de ponerle sobre aviso acerca de un sector bancario que nos daba muy mala espina. Mientras que autoridades supervisoras y auditoras miraban para otro lado, nosotros seguíamos pensando que eran muchas las pérdidas que los bancos, no solo los españoles, escondían bajo la manta. Concretamente, en lo que a los bancos nacionales se refiere, nuestro escepticismo pasaba por la enorme carga que el ladrillo tenía en sus balances, tanto en forma de créditos inmobiliarios como a través de la propia adjudicación de viviendas, suelos y fincas. Un charco inmobiliario en el que se habían metido de lleno y del que, por mucho que trataran de pasar página, aún había - y hay - mucho que purgar.
Lamentablemente, el tiempo nos ha ido dando la razón. El último ejemplo acabamos de vivirlo con el anuncio del Banco Popular de llevar a cabo una macro ampliación de capital con la que prácticamente doblará el número actual de acciones en circulación (vea nuestro análisis). Una operación que, por mucho que traten de enmascarar, surge de la necesidad de cubrir el enorme agujero que provocará en la solvencia de la entidad las ingentes pérdidas vinculadas al ladrillo que, según reconoce, tendrá que sacar ahora a la luz. Nada menos que unos 4.700 millones de euros (unas 44 veces el beneficio de la entidad del pasado 2015)… que hace unos días no existían y que sin embargo ahora, de la noche a la mañana, sus accionistas tendrán que digerir como puedan.
Una situación a nuestro entender de absoluta gravedad. Una vez más serán los accionistas los “paganini” de una mala gestión, mientras las mentes pensantes de la entidad se van de rositas. Y no sólo ellos, también las autoridades supervisoras que hasta hace dos días no veían grandes necesidades de capital entre la banca española eluden responsabilidades. O incluso las empresas auditoras que firmaron las pasadas cuentas anuales sin salvedad alguna. ¿Cómo es posible que pérdidas de tamaña magnitud, que aunque salgan a la luz ahora tienen un origen claramente definido en el pasado, pille desprevenidos a tantos? Todo apunta a que algo huele a podrido entre los bancos.
Ante tal hedor nosotros somos más cautos que nunca. Si usted es un inversor “buen padre de familia”, aléjese del sector bancario en general. Nosotros no ponemos la mano en el fuego por ninguna entidad. En cualquier momento pueden darle una sorpresa desagradable en forma de pérdidas “ocultas”, ampliaciones, etc. Pero no sólo eso. Si la mochila del pasado inmobiliario no fuera por sí sola lo suficientemente pesada, el futuro bien podría depararle nuevas cargas en forma de dificultades por unos tipos de interés bajo mínimos, mayores requisitos normativos, incertidumbres políticas y económicas…
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