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Y el tiempo nos dio la razón
hace 7 años - viernes, 29 de abril de 2016
Vea nuestra postura sobre las OPV (Ofertas Públicas de Venta de acciones) y las consecuencias de la más reciente.
Aquellos que fueron a por telepizzas la semana pasada se llevaron un pan como una torta. En su primer día de cotización, quienes adquirieron acciones de Telepizza en la OPV (Oferta Pública de Venta) perdieron cerca de 20 de cada 100 euros invertidos. ¡El peor estreno bursátil de la historia en España! Unas pérdidas que en su segundo día de cotización incluso engordaron algo más. Y es que cuando una empresa decide salir a Bolsa lo que busca es obtener financiación, pero en este caso los 118,5 millones de euros recaudados lejos de ser para añadir valor a la compañía se emplearán para reducir su deuda (87,4 millones) y llenar los bolsillos de sus directivos que se repartirán más de 15 millones. Sólo por este reparto de los recursos conseguidos al inversor deberían haberle saltado todas las alarmas para alejarse de esta venta.
Estas colocaciones suelen venir acompañadas de grandes campañas de márquetin con el fin de vender las acciones como rosquillas. Pero la repercusión que tuvo esta OPV en distintos medios y el interés que despertó en algunos inversores se han visto deslucidos finalmente por la realidad de un futuro poco halagüeño para la compañía que enlaza tres años consecutivos de pérdidas, algo de lo que ya le advertimos en nuestro artículo Telepizza: OPV a la vista para que no se le pasara por la cabeza la idea de comprar acciones una vez comenzaran a cotizar en Bolsa. Así, apenas tres días después de nuestra advertencia, los hechos parece que nos han dado la razón.
Por principio, a nosotros no nos gusta cuando se limita el acceso a una inversión y siempre preferimos las ofertas abiertas tanto a los inversores cualificados como a los minoritarios. Sin embargo, en algunos casos como este en los que no se invita al pequeño inversor podemos exclamar aquello de ¡a Dios gracias! El inversor de a pie se evitó así un descalabro cantado, como también pudieron evitarlo los socios que siguieron el consejo en OCU Inversiones de no acudir a la OPV de Bankia en el que los inversores de entonces perdieron casi todo su dinero.
Nuestro consejo en definitiva es que no se deje llevar por la publicidad o el miedo a quedarse fuera de una operación y se lo piense dos veces antes de acudir a una OPV, cualquiera que sea, porque según nuestra experiencia pocos son los casos en los que suelen resultar un chollo. Desde estas páginas, le desmenuzamos los entresijos de cada operación y si bien es cierto que solemos ser prudentes con las salidas a Bolsa, también es cierto que cuando damos un consejo en contra al final el inversor nos lo agradece. Por otro lado, cabe pedir a las entidades que cuando lancen una OPV, sean consecuentes con sus intereses pero respeten a la vez los de los inversores menos expertos a fin de evitarles quebraderos de cabeza en el futuro.
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