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El analista y los resultados
hace 7 años - lunes, 18 de abril de 2016
Le explicamos el papel de nuestros analistas financieros ante una nueva presentación de resultados empresariales.
Como es el caso 4 veces al año a lo largo de varias semanas, nuestros analistas están de nuevo en plena faena, esta vez con motivo de la publicación de los resultados empresariales del primer trimestre del año. Pero los analistas de OCU inversiones no están obsesionados con retocar, justo antes de su anuncio, décima arriba décima abajo, sus estimaciones de beneficio por acción de las compañías que siguen y batir de esta manera al consenso de analistas del mercado. Tampoco les quita el sueño anticipar cuál será el discurso de las empresas en cuanto a las perspectivas para el resto del año. Nosotros preferimos dejar todo esto a los “visionarios” del futuro, ávidos especuladores en busca de dar – en vano, en nuestra opinión – con una rápida subida o bajada de las cotizaciones.
Nuestro interés, en cambio, reposa en el análisis sosegado sobre la calidad de las cifras publicadas. Así por ejemplo, nuestros analistas se plantean más bien encontrar respuesta a preguntas de este estilo: ¿cuál es la situación real de la actividad de la compañía? ¿La evolución de las ventas está distorsionada por adquisiciones/ventas o por efectos derivados del tipo de cambio? ¿El beneficio obtenido en las cuentas se traduce en dinero contante y sonante para la caja de la compañía? ¿Los beneficios, siempre destacados por parte de los directivos, están “manipulados” dejando de lado gastos presentados como extraordinarios cuando en realidad se trata a menudo de recurrentes? Por ejemplo, el productor de aluminio norteamericano Alcoa, que da el pistoletazo de salida a la presentación de resultados empresariales en EE.UU., ha dado sobradas pruebas en ese sentido: a pesar de unas ventas decepcionantes, el grupo afirma haber obtenido un beneficio por acción de 0,07 dólares, mejor de lo esperado por el consenso del mercado (0,02 dólares). Pero esta afirmación solo es cierta después de excluir ciertos gastos, una práctica que el grupo viene realizando trimestre tras trimestre desde hace ya bastante tiempo.
En fin, lejos de ser mago o adivino, el analista financiero es ante todo y sobre todo… analista. Este trimestre se anuncia prometedor en cuanto a enseñanzas se refiere. Con un crecimiento económico mundial que, en el mejor de los casos, se estanca y unos márgenes de rentabilidad bajo presión salarial, principalmente en EE.UU., es necesario más que nunca identificar a aquellas compañías que sobresalen por encima del resto gracias a su propia calidad competitiva. Sin olvidar tampoco echar un ojo a la valoración de sus acciones antes de emitir un eventual consejo. Es precisamente la principal tarea como analistas financieros: para ello, las conclusiones que extraemos de los análisis que realizamos trimestre tras trimestre nos ayudan a perfilar nuestras previsiones de crecimiento a largo plazo.
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