Los vínculos hacen referencia a nuestra publicación especializada OCU fincas y casas.
Celia ha encontrado un piso realmente “barato”. Llevaba años queriendo hacerlo. Ha dedicado mucho tiempo a asegurarse de que compraba “bien”: por el estado físico de la casa y el edificio, por la ausencia de cargas en el Registro de la propiedad, por el entorno, los vecinos, etc.
La primera sorpresa ha venido por los gastos de la compra. Al hacer las cuentas con la escritura, los impuestos, el Registro, gastos de gestión… le ha salido por un pequeño pico. Y eso que no tuvo que solicitar hipoteca ni seguro de vida.
La segunda sorpresa vino por la comunidad de vecinos. Se había informado del importe de las cuotas mensuales de gastos ordinarios y comprobó que el vendedor no tenía deudas anteriores. Pero no contaba con una derrama extraordinaria para la instalación de un ascensor y de unas rampas. Los ahorros van escaseando, porque también ha gastado un poco más en la reforma que ha realizado para poner la casa a tono. Con el IBI ya contaba, pero no esperaba que fuera a subir tanto en poco tiempo.
La idea de la compra pasaba por poner la vivienda en alquiler y obtener una buena rentabilidad. Se dejó aconsejar y puso empeño en la selección del inquilino y en la redacción del contrato. Pero al cabo de un año, esta ha sido su tercera sorpresa. Ser arrendadora no es algo sencillo. Ha tenido que acudir dos veces a la llamada del inquilino, a solucionar un problema de la caldera y de humedades del vecino.
Gastos, responsabilidades, y al final, ¿qué queda? A la hora de hacer su declaración de IRPF se da cuenta que entre una cosa y otra, el dinero que le ha quedado neto para ayudar a sus propios gastos es bastante menor de lo que había pensado. Y eso que el inquilino sigue pagando. Ya se le ha pasado por la cabeza que antes vivía más tranquila. Pero a ver cómo vende ahora el piso. Le reconforta escuchar aquí y allá que el mercado inmobiliario se recupera en España... Por ahora, su bolsillo no lo nota.
El nombre de Celia es inventado, pero la situación no. Cuando el Banco de España dice que la rentabilidad conjunta de la vivienda y el alquiler supera ahora el 8,6% anual, es normal que genere interés. Pero esto recuerda a muchas ofertas de fondos estructurados, que prometen una alta rentabilidad si se dan X circunstancias. ¿Pero qué probabilidad real hay de que se den esas circunstancias? La inversión en inmuebles requiere un extra de prudencia. No se lance sin contar con consejos acertados. Y en ningún caso se endeude para ello.