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Inmuebles: qué empuja hacia arriba
hace 7 años - lunes, 14 de septiembre de 2015
Parte de la liquidez artificial que circula se ha posado en los inmuebles, produciendo un efecto ascendente de los precios. El pequeño inversor debe ser prudente para no pillarse los dedos.
La enorme cantidad de liquidez puesta en circulación en Europa, Estados Unidos y otros ámbitos, puede dar una visión distorsionada del valor de los inmuebles.
El Banco Central Europeo y sus homólogos de otras zonas monetarias llevan años regando la economía con dinero líquido, con el fin de superar de una vez por todas la crisis estallada hace cerca de ocho años. Tanto dinero en circulación busca opciones de inversión rentables a corto plazo, y se mueve con gran facilidad de un continente a otro, de un sector a otro, de una materia prima a otra, etc.
Esta frenética búsqueda de rentabilidades no responde casi nunca al valor intrínseco de los bienes elegidos, sino a motivos coyunturales y cambiantes. Pero el hecho es que desde el momento en que los grandes fondos se fijan en algo, se encienden muchas luces en los paneles de los inversores, se escriben informes, se buscan argumentos, se subrayan porcentajes y se empaquetan “oportunidades de inversión”, que hay que “colocar”.
Pensamos que esto explica en parte la reciente evolución del precio de los inmuebles en nuestro país. Hubo compras de lotes a bajo precio por fondos oportunistas, y se han generado páginas y páginas de informes tratando de explicar que la caída acumulada de los precios ya es más que suficiente y que a partir de ahora los precios no pueden hacer otra cosa que subir.
Cualquier pequeño inversor que trate de estar informado se enfrenta cotidianamente a varios de estos escritos y no resulta fácil recoger argumentos divergentes al parecer de tantos economistas de renombre.
En aras de nuestro compromiso por ofrecerle consejos de interés para sus decisiones de inversión, no podemos por menos que leer y analizar muchos informes. Pero mantenemos nuestra independencia de criterio para tratar de sacar el cuello del agua y mirar un poco más allá. De ahí que, tras el estudio de las principales variables en juego sigamos manteniendo, a veces contra corriente, que la vivienda en España sigue esencialmente cara.
Una posición que no es terca ni inamovible, pero que para replantearse exige serios argumentos. Mientras tanto, es probable que en los meses venideros, los grandes fondos atisben otras oportunidades globales y abandonen su “convencimiento” sobre los inmuebles con la misma rapidez con que llegaron. No se pille los dedos.
Si tiene interés en seguir de cerca la evolución del mercado inmobiliario sepa que OCU cuenta con una publicación especializada: OCU fincas y casas, cuyos contenidos se publican en la sección de Inmuebles de esta página.