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La vida sigue igual
hace 7 años - lunes, 31 de agosto de 2015
Consejos para afrontar la enésima crisis bursátil del verano y no morir en el intento.
Los inversores no han pasado un verano precisamente tranquilo. Por momentos los mercados de valores de todo el mundo parecían hundirse en un pozo sin fondo. En esos momentos en los que las pérdidas golpean con fuerza y una voz en el oído parece insinuarnos no esperar más para vender, es precisamente cuando hay que mantener la calma. Quien se deja arrastrar por impulsos suele terminar vendiendo en el peor momento y perdiendo el rebote que a toda crisis suele suceder. Ya se lo advertimos hace unos meses (vea el artículo del pasado diciembre “Cómo enfrentarse al 2015”) que este año iba a ser un año con fuerte volatilidad, en el que las Bolsas no estaban en líneas generales baratas por lo que las recuperaciones podrían no ser tan briosas como las caídas, y en el que los pequeños inversores deberían aferrarse a las obligaciones españolas como un pilar esencial en su estrategia.
De haber seguido dicho consejo, no negamos que lo haya pasado mal este verano, ya que las Bolsas emergentes tienen un destacado peso entre las acciones que integran nuestra estrategia global, pero al menos no habrá visto volatilizarse su dinero. Y es que las acciones (un 40%) comparadas con las obligaciones (60%) deberían tener un peso residual. Por ello nuestra cartera global, en el conjunto de los dos meses más crudos de este verano, es decir julio y agosto, se ha dejado “solo” un 4%, gracias en buena medida a las obligaciones españolas que han dado el do de pecho y aumentado su valor cerca de un 2,5% (vea el artículo Crisis: Qué se debe hacer) .
Poco importa que el detonante en esta ocasión, magnificado por la época estival en la que nos encontramos, fuera una ligera devaluación del yuan chino frente al dólar del 4%. Tarde o temprano volverán a producirse eventos que darán nuevos sustos, y por ello los mismos deben analizarse con frialdad, para una vez analizada la situación dar a cada inversión el peso que merezca sin caer en pesimismos ni euforias. Muy poco ha cambiado la situación china de aquella que le dibujamos hace unos meses y que nos llevó a recomendarle reducir el peso de estas acciones. Su economía se ralentizará aunque siga avanzando a buen ritmo, y su Bolsa, aupada por los inexpertos inversores locales, es más proclive a los altibajos. Por el momento desde OCU inversiones no le aconsejamos realizar nuevos cambios sino ajustarse a los pesos recomendados en nuestra cartera global.
Para endulzar el mal trago, al menos ha podido sacar algo de jugo a la caída si, como le aconsejamos a finales de julio, apostó por una caída de Repsol a través de un contrato por diferencias. Ahora le explicamos cómo ganar cerca de un 7% con las acciones de Abertis en poco más de dos meses y le proponemos a los más osados comprar acciones de Abengoa del tipo B.
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