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Beneficios empresariales a examen
hace 7 años - lunes, 4 de mayo de 2015
Vea nuestra opinión sobre qué hacer antes los beneficios empresariales y lo que se espera de ellos.
Las empresas europeas dan a conocer sus resultados del primer trimestre de 2015. Y por primera vez en muchos años los planetas parecen alineados con Europa. Todos los analistas esperan que los resultados de este año en la zona euro presenten crecimientos más vigorosos que al otro lado del Atlántico. Razones para ello no faltan: la debilidad del euro da alas a la competitividad de las compañías exportadoras, la caída del precio de las materias primas reduce sus gastos, la política de crédito prácticamente gratis impulsado por el Banco Central Europeo reduce los costes financieros, y la recuperación económica, aunque tímida, augura pedidos y ventas al alza en los próximos trimestres.
Este año el listón está muy alto pues, si excluimos al sector petrolero muy castigado por la caída del precio del oro negro, las previsiones apuntan a crecimientos del beneficio rondando el 20%. Algo a lo que parecen haberse adelantado los inversores con el tirón de las Bolsas en los primeros meses del año y que explicaría por qué las grandes empresas europeas (las del Eurostoxx 50) cotizan con una relación precio/beneficio de 19 veces. Ratio difícilmente justificable si no se esperase un buen crecimiento del denominador de la ecuación, los beneficios.
Gigantes madrugadores como SAP, Michelin o Schneider no han decepcionado. Sin embargo, precisamente por esas altas expectativas unos resultados que aunque buenos no sean brillantes serían peor recibidos por las cotizaciones que en anteriores ocasiones animando a los inversores a recoger beneficios. Ya se han visto las primeras reacciones en ese sentido, y aunque nosotros no somos partidarios de seguir al calendario, no pocos inversores defienden la teoría que las acciones solo deben estar en cartera de noviembre a mayo, al pesar que suele ser en esos meses en los que se acumulan las mayores alzas bursátiles.
Entre las empresas españolas vemos buenos resultados como los de BME o BBVA, y otros, a pesar de la fanfarria, no tan buenos como los del Santander (vea el artículo Bancos, ¿por fin jugosos beneficios?). Y es que el quid de unos resultados brillantes o apagados está en el beneficio por acción y mejor aún si nos fijamos en la parte recurrente.
¿Qué deben hacer los inversores ahora? Mientras los tipos sigan bajos, el viento seguirá soplando a favor de las acciones europeas. Sin embargo, queda mucho por ver y las bolsas en su conjunto no están ya baratas (vea artículo "¿Qué Bolsa elegir entre Europa y EE.UU."). De ahí que no cambiemos nuestra estrategia global que tan buenos resultados nos está dando (+20,6% en el último año y +6,6% de media anual a largo plazo las ganancias de nuestra cartera neutra a 10 años).
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