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Las OPA, ¿vuelven a estar de moda?
hace 8 años - lunes, 13 de abril de 2015
Al calor de las muchas operaciones corporativas que se registran estos últimos tiempos, las bolsas viven un momento dulce. ¿Racional o irracional este comportamiento?
Además de las salidas a Bolsa, nos llama poderosamente la atención el elevado número de operaciones corporativas que en los últimos meses se están realizando en las Bolsas a nivel mundial. Y las hay de todo tipo, desde alianzas entre compañías (como los acuerdos alcanzados entre la española Gas Natural y el grupo inversor kuwaití KIA; o bien de las españolas Acciona y Abengoa con sendos fondos norteamericanos para invertir y desarrollar proyectos en el campo de las energías renovables, etc.) hasta adquisiciones y fusiones.
A la reciente fusión de dos grandes del sector de la alimentación en Estados Unidos como Heinz y Kraft Foods, hay que añadir la mayor apuesta de Telefónica por Brasil o la compra de un banco en el Reino Unido por parte del Banco de Sabadell. Esta misma semana nos hemos desayunado con la compra de la británica BG por parte del grupo petrolero angloholandés Royal Dutch Shell o, dentro del negocio de la mensajería, la oferta que la estadounidense Fedex ha lanzado por la holandesa TNT.
Así pues, el dinero parece volver a los parqués. Tras unos años de crisis en los que tocó apretarse el cinturón y recurrir a la restructuración interna para salir adelante, lo que se busca ahora con estas fusiones y adquisiciones es recuperar el crecimiento que la apatía del mercado no proporciona. Todo ello alentado por unos bajos tipos de interés que abaratan la financiación de dichas operaciones por parte de los compradores.
No cabe duda de que este tipo de operaciones anima a las cotizaciones de las acciones a seguir subiendo y “calientan” los ánimos de los inversores. Pero todo tiene un límite. Las perspectivas de la economía, en general, no son tan brillantes como para llevarnos a augurar que los próximos años serán excepcionales en lo que a resultados empresariales se refiere y el número de acciones con consejo de compra ha descendido en los últimos meses en nuestra selección de acciones.
Correr detrás de los rumores apostando por cuál puede ser el próximo valor opado nos parece algo muy arriesgado y totalmente desaconsejable desde el punto de vista de un buen padre de familia. En nuestra opinión, las bases de una sólida inversión a largo plazo tienen más que ver con otros aspectos esenciales como la diversificación y la paciencia. A veces, lo más acertado en momentos de euforia irracional de los mercados es aprovechar la ocasión para vender a buen precio y olvidarse de las compras. Algo que hemos hecho nosotros precisamente con nuestra cartera modelo de acciones con la venta de aquellas acciones con minusvalías de Repsol.
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