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Acciones: cuando lo raro es hermoso
hace 8 años - lunes, 9 de febrero de 2015
¿Las grandes compañías son más rentables para el inversor que las más pequeñas y desconocidas? Le explicamos nuestra estrategia a la hora de seguir acciones.
Algunos de nuestros lectores parecen mostrarse sorprendidos por el hecho de que en nuestro boletín, entre los análisis de acciones individuales (vea nuestro comparador de acciones) florezcan más y más nombres de empresas completamente desconocidas para ellos. Es el caso de Encana, Syngenta, Domino Printing Sciences o Corning. Otros se preguntan por qué no nos centramos en empresas más conocidas.
Es cierto que en el pasado dimos preferencia a las acciones nacionales y a aquellas extranjeras con grandes nombres como IBM, Intel, General Electric o GlaxoSmithKline. Pero tampoco olvidamos al resto, ya que entre estas páginas no han faltado nombres más desconocidos como los de Melexis (+84% ha repuntado en los últimos doce meses), Nyrstar (+74,8%), Spirit Aerosystems (+74,5%) o Republic Airways (+68%).
Plantearnos una cierta rotación de acciones de forma continua en nuestra selección es un hecho positivo. Esto nos permite incluir nuevas acciones baratas que puede comprar y excluir aquellas que ya están caras y que por tanto debería vender y olvidarse de ellas. Así, no es raro que las acciones más conocidas y con mayor liquidez no estén precisamente en el grupo de acciones a incluir. Tras un periodo de fuerte descenso en los tipos de interés, no son pocos los inversores que han desembocado en las acciones por el camino más fácil, es decir a través de grandes fondos de inversión que se limitan a replicar índices y comprar estas acciones más populares No es raro pues que los blue chips no estén baratos y queden fuera del grupo de acciones interesantes.
Analizados por supuesto caso por caso, entre los blue chip también pueden aparecer buenas oportunidades de compra. Sin embargo, cada vez es más difícil encontrarlas dentro de nuestra selección y lanzar la caña entre las acciones de pequeña y mediana capitalización – menos seguidas por analistas financieros – puede resultar una opción más productiva.
Eso sí, nunca tome decisiones apresuradas. Solo las acciones con sólidos fundamentales (sólido crecimiento de beneficios, deuda razonable, política de dividendos bien encaminada...) debería merecer su atención y la nuestra. Y además, siempre y cuando usted no pague un precio demasiado alto por ellas, es decir, han de estar baratas. En caso contrario, olvídese de ellas. A la larga es contraproducente aumentar la exposición a las acciones de baja calidad. Nuestra experiencia – y la de estudios académicos recientes – muestra una y otra vez que el mayor riesgo que supone pescar entre las acciones de baja calidad rara vez se ve compensado con unos mayores rendimientos.
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