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Las agencias vuelven a la carga
hace 8 años - domingo, 5 de octubre de 2014
La agencia S&P ha mejorado la calificación crediticia de la deuda española. ¿Qué repercusión tiene en sus ahorros?
La agencia de calificación crediticia S&P (Standard&Poor’s) ha vuelto a la palestra, esta vez, por subir la nota de solvencia al Reino de España en su deuda a largo plazo – es decir, las obligaciones del Tesoro – hasta un aprobado alto (BBB+), lo que nos equipara a pasíses como Malta, Colombia o Sudáfrica. A ojos de esta agencia, España es hoy más solvente gracias al impacto positivo de las reformas en nuestra economía como p.ej. la del mercado de trabajo o la mejora de nuestra balanza exterior por el fuerte incremento de las exportaciones.
Nuestra postura acerca de las opiniones de esta agencia y de las otras dos grandes (Fitch y Moody’s), que se reparten el 95% de este mercado en el mundo, es clara. No se merecen ni el prestigio ni la fe que algunos depositan en ellas. Ni antes cuando decían que estábamos cerca del colapso, ni ahora que mejoran nuestra nota. De hecho, el mercado parece hacerles un caso relativo, razón que explica p.ej. por qué Italia que recibe una peor calificación que la nuestra paga sin embargo una menor prima de riesgo.
El propio Gobierno estadounidense presentó hace un par de años una demanda civil contra S&P acusándole de haber engañado conscientemente a los inversores sobre la calidad crediticia de los bonos referenciados a las hipotecas basura poco antes del estallido de la burbuja financiera de 2008. Demanda que parece haberse “enterrado” tras un acuerdo indemnizatorio con diversas administraciones estadounidenses por unos 1.300 millones de dólares. También en Europa ha sido muy criticado el papel de estas agencias e incluso se elaboró una normativa, en vigor desde mediados de 2013, que trataba de poner coto a sus desmanes y evitar que un mal uso de estas calificaciones pudiese provocar o acelerar una nueva crisis, razón por la que dichos informes de “riesgo país” se presentan ahora de forma individualizada y se hacen públicos los viernes una vez cerrados los mercados.
Esto no quiere decir que nosotros no estemos de acuerdo con muchos de los argumentos esgrimidos por estas agencias, como que parte del éxito de nuestro crecimiento se deba a un entorno favorable de tipos bajos y materias primas más baratas (el petróleo, sobre todo) o que los riesgos persistan. De ahí que prefiramos ponernos el traje de la precaución. Eso sí, como puso negro sobre blanco el Banco de España en su documento de trabajo 1428, las fases de bajadas en las calificaciones suelen ser más bruscas y de mayor intensidad que las de subidas, por lo que si un país pierde su calificación transcurre un periodo prolongado hasta que logra recuperarla, si es que lo consigue. Según esta teoría España estaría en una mejor posición de solvencia que la que refleja su rating. Nosotros confiamos en las obligaciones españolas como pilar de toda cartera a largo plazo.
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