- Sala de prensa
- El Nobel, un premio diferente
Noticias
Posiciones editoriales
El Nobel, un premio diferente
hace 9 años - lunes, 21 de octubre de 2013
El Premio Nobel de Economía de este año recae en tres autores con teorías contrapuestas sobre el comportamiento de los mercados bursátiles. Veamos por qué.
¿Sabía usted que un Ministro de Hacienda fue el primer español en recibir un premio Nobel? Se trata de José Echegaray, catedrático de física matemática y senador vitalicio que, contrariamente a lo que se pueda pensar en un principio, se ganó esta distinción en el campo literario y no en el económico. El Nobel de Economía es un premio diferente al resto, creado por iniciativa del Banco de Suecia y no del célebre filántropo, y la edición de este año volverá a dar que hablar.
Junto al estadístico L.P. Hansen, el Nobel de Economía de 2013 ha sido otorgado a dos estudiosos del comportamiento de los mercados. Nada que objetar, si no fuera porque sus teorías son contradictorias. Por un lado, se distingue a E. Fama, cuya teoría de la eficiencia de los mercados (1960) afirma que éstos no se equivocan y que los precios son resultado de la integración racional, constante y rápida de la información públicamente disponible. Su idea dominó la industria hasta finales del siglo pasado y fue el estandarte de la ola de desregulación de los años 90, pero se hizo añicos con las dolorosas explosiones de las burbujas puntocom e inmobiliaria.
El hecho de que las bolsas se hubiesen equivocado hasta ese punto dieron la razón al análisis del tercer galardonado por el Nobel de Economía este año, R. Shiller, quien advirtió en los 80, que por diversas razones (asimetría de la información, dificultad para asimilarla, etc.), los inversores reaccionan exageradamente generando una alta volatilidad que aleja a los activos de su justo valor.
Teorías divergentes pero igualmente premiadas. Con ello, se reconoce la necesidad de un enfoque holístico (íntegro) y de largo plazo como el que guía nuestra filosofía, para que la travesía bursátil sea rentable. Es verdad que la integración continua de información es determinante, pero no es menos cierto que quienes compran y venden son seres humanos, sujetos a la emoción y al error, y que esto también se plasma en los precios, lo que demuestra que la diversificación es imprescindible.
También puede interesarle: