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Resistir a la tentación
hace 9 años - lunes, 23 de septiembre de 2013
En bolsa, seguir a la masa suele depararnos más de un disgusto para nuestro bolsillo. Veámos por qué.
En ocasiones, los inversores se dejen llevar por reacciones extremas. Unas veces por el pesimismo y en otras, por la euforia. Sin que nadie pueda explicar muy bien por qué, algunas empresas se convierten en el foco de atención de los inversores y bajo un efecto hipnótico, incluso cegador, sus cotizaciones despuntan. En unos casos hay fundamento, aunque los inversores, simplemente, no valoran muy bien en qué se están metiendo.
Pongamos por ejemplo el caso de Tesla Motors, uno de los pioneros de los coches eléctricos. La compañía ha multiplicado por 23 sus ventas en un año, pero su cotización, tras alcanzar los 183 USD, lo ha hecho por seis y el “valor” de la compañía supera ya los 22.000 millones de dólares ¿Racional? Nosotros diríamos que no, y el reputado profesor de finanzas de la universidad de Nueva York, Aswath Damodaran, ha demostrado que tampoco lo es.
Damodaran ha hecho un ejercicio intelectual viajando en el tiempo diez años hacia adelante. Dando por bueno el cumplimiento de los mejores augurios, ha visto a Tesla convertida en líder mundial con cifras de ventas similares a las de Audi y una rentabilidad similar a la de Porsche. Bajo estos supuestos ¿Saben cuál es el valor que deberían tener ahora sus acciones? … 67,1 USD, apenas un tercio del precio que los inversores pagan ahora en bolsa.
Pero también encontramos casos mucho más cercanos como los de Prisa, Service Point, Gamesa, Sacyr o Atresmedia. ¿Se han preguntado qué subyace detrás de dichas espantadas al alza? ¿De verdad tienen fundamento? ¿Se imaginan qué pasaría si viajásemos en el tiempo con ellas?
Es cierto que la valoración bursátil no es una ciencia exacta y que los más osados pueden encontrar, con suerte, su billete dorado. Pero en nuestra opinión, oportunidades reales hay muy pocas, por lo que hay que seleccionarlas con pinzas y destinarles una parte muy pequeña de nuestro patrimonio. Resistir a la tentación suele ser el mejor método para proteger su cartera.
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