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Mentiras financieras
hace 10 años - lunes, 15 de octubre de 2012
La publicidad que roza peligrosamente la barrera del engaño se ha convertido en algo común
Siempre le hemos recomendado que mire con lupa las ofertas aparentemente jugosas de su banco o caja. Pero lo que antes era una sana costumbre, hoy se ha convertido en una necesidad ineludible. La voracidad de las entidades financieras por cazar nuevos clientes (y nuevo dinero) ha provocado que la publicidad que roza peligrosamente la barrera del engaño sea algo demasiado común. Y basta con ver algunos de los casos que llegan hasta nuestra línea financiera para darse cuenta de ello. Sin ir más lejos, hace solo unos meses, uno de nuestros socios nos preguntaba por la publicidad de un fondo garantizado en la que literalmente se decía: “ofrece la seguridad de un depósito bancario y todas las ventajas fiscales de un fondo de inversión”. ¿Era eso posible? Pues no: al contrario de lo que sucede con los depósitos, los fondos de inversión (por muy garantizados que sean) no están cubiertos por ningún fondo de garantía. Por tanto, si el garante no respondiera, no habría posibilidad de recuperar el dinero. Casos como estos nos han llevado a reclamar a las autoridades competentes – en especial, al Banco de España – que tomen cartas en el asunto. Y es que, por mucho que el pequeño ahorrador reclame ante el regulador y logre que le den la razón, las entidades no son sancionadas ni están obligadas a enmendar su error, lo que obliga a muchos particulares a tener que acudir a los tribunales, con los costes cada vez más elevados que esto implica.
Sin embargo, el problema no termina aquí. A la publicidad que roza el engaño se suma la que es claramente verídica, pero dudosamente ética. Últimamente, hemos visto muchas ofertas de depósitos a corto plazo que tratan de cazar al cliente con una TAE más que jugosa… pero ¿cualquiera sabe lo que significan estas siglas y la rentabilidad final que implican? Parece que no. Al menos, eso nos han dicho los socios de la OCU en una encuesta, que revela que menos de la mitad recibe el interés que espera al contratar estos productos. Con este panorama, no nos cansaremos de pedirle esté muy atento a todos nuestros análisis y consejos, y que se valga de todas las herramientas que ponemos a su disposición.
Sin embargo, el problema no termina aquí. A la publicidad que roza el engaño se suma la que es claramente verídica, pero dudosamente ética. Últimamente, hemos visto muchas ofertas de depósitos a corto plazo que tratan de cazar al cliente con una TAE más que jugosa… pero ¿cualquiera sabe lo que significan estas siglas y la rentabilidad final que implican? Parece que no. Al menos, eso nos han dicho los socios de la OCU en una encuesta, que revela que menos de la mitad recibe el interés que espera al contratar estos productos. Con este panorama, no nos cansaremos de pedirle esté muy atento a todos nuestros análisis y consejos, y que se valga de todas las herramientas que ponemos a su disposición.