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Manipulación del LIBOR: ¡queremos más transparencia!
hace 10 años - lunes, 9 de julio de 2012
La pasada semana conocimos en enésimo escándalo que tiene a una entidad bancaria como protagonista. Los reguladores británico y estadounidense anunciaban una multa millonaria para Barclays por manipulación del LIBOR. Al parecer, los empleados de la entidad habían dado precios falsos para la formación de este índice y habían animado a los pocos bancos que también participan en el proceso a que hicieran lo mismo.
El escándalo del banco británico ha coincidido en el tiempo con un anuncio de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). El regulador ha llegado un acuerdo con la Comisión Nacional de la Energía para supervisar las subastas eléctricas, un pacto que se enmarca dentro de una investigación sobre posibles abusos de mercado. Aunque parezcan muy distintos, los casos de Barclays y de la subasta energética tienen algo en común: ambos ejemplos nos han hecho volver a recordar la de disgustos que consumidores e inversores se han tenido que llevar por la falta de transparencia de algunos mercados. En el caso de LIBOR, aún se desconoce si las malas prácticas de Barclays han podido provocar algún tipo de perjuicio en los inversores. Pero en el caso de la electricidad, no hace falta más echar un vistazo a nuestros recibos de la luz: ¡somos los europeos que más pagamos, solo por detrás de Malta y Chipre! ¿Pasaría lo mismo si el mercado fuera más transparente? Seguro que no.
Por desgracia, éstos no han sido los únicos ejemplos de los últimos años en los que cuatro se reparten el pastel en mercados que son muy poco claro. Si no, recuerden lo que sucedió con las participaciones preferentes… O lo que sigue sucediendo hoy en día con otros productos que se negocian en mercados internos de las propias entidades. Cuando la formación de precios no se hace a vista de todos y un mercado no está sujeto a una supervisión, las sorpresas pueden llegar a ser muy desagradables. Por ello, no nos cansaremos de seguir pidiendo transparencia y claridad en la comercialización de todo tipo de productos y, en especial, de los financieros. En los últimos años, ha habido muchos casos que nos deberían haber servido de lección. Y ya es hora de que vayamos aprendiendo.
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