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Deuda y riesgo
hace 11 años - martes, 10 de julio de 2012
¿Se está exagerando el riesgo de la economía española?
¡La prima de riesgo española roza máximos históricos! ¿Le suena? En los últimos tiempos es el titular más utilizado por la prensa española. Hasta hace unos años tan solo los mercados bursátiles tenían el poder de causar estragos en los inversores, pues en un solo día el precio de una acción podía experimentar fuertes revalorizaciones como desplomarse de repente. Sin embargo, la crisis de deuda de la zona euro nos ha enseñado que la deuda pública tampoco está libre de estos sofocones: a más riesgo, tipos más altos y caídas de precio; a menor riesgo, lo contrario. Un riesgo que puede medirse con la famosa prima de riesgo, es decir, la diferencia entre lo que paga Alemania por sus obligaciones a 10 años y lo que debe pagar España al mismo plazo por las suyas.
A día de hoy, la incertidumbre en los mercados es palpable. Así por ejemplo, hace apenas un par de semanas la cumbre europea anunciaba su respuesta a la crisis de deuda: el resultado fue una relajación de la prima de riesgo española que pasó del 5,42% hasta el 4,74%… ¡en el mismo día! Sin embargo, poco dura la alegría en la casa del pobre: los detalles de esta “solución” siguen en el aire y la prima ha escalado de nuevo hasta el 5,5% con los tipos volviendo al entorno del 7%. Así, algunos analistas colocan ya a España al borde de la exclusión del euro, de pactar un perdón para su deuda “a la griega” o quién sabe qué. Pero en realidad ¿es tan preocupante la situación como la pintan? Razones para el pesimismo no faltan, y se echa de menos un compromiso inequívoco por parte de los Estados miembros del euro para solucionar la crisis de una vez por todas. Es muy difícil decir hoy qué va a ocurrir mañana, máxime si la respuesta depende en buena parte de decisiones políticas de difícil encaje entre países “ricos” y “pobres”. Pero quizás el riesgo de un descalabro hispano se esté exagerando e infravalorando el de las economías solventes. ¿Parece lógico exigir un 1,3% anual al Estado alemán por sus obligaciones a 10 años? ¿Es que allí, con una visión más allá de un par de meses, los tipos no pueden subir? Por ello hemos replanteado nuestra postura y hemos decidido dar de nuevo cabida en nuestras carteras modelo, con un peso limitado como incita la prudencia, a la deuda española a medio plazo.
¿Y si este riesgo fuera real? Tampoco podemos descartar un recrudecimiento de la situación. Para aquellos que huyan del riesgo y deseen apostar por la máxima prudencia, diseñamos nuestra cartera “salvavidas”.
A día de hoy, la incertidumbre en los mercados es palpable. Así por ejemplo, hace apenas un par de semanas la cumbre europea anunciaba su respuesta a la crisis de deuda: el resultado fue una relajación de la prima de riesgo española que pasó del 5,42% hasta el 4,74%… ¡en el mismo día! Sin embargo, poco dura la alegría en la casa del pobre: los detalles de esta “solución” siguen en el aire y la prima ha escalado de nuevo hasta el 5,5% con los tipos volviendo al entorno del 7%. Así, algunos analistas colocan ya a España al borde de la exclusión del euro, de pactar un perdón para su deuda “a la griega” o quién sabe qué. Pero en realidad ¿es tan preocupante la situación como la pintan? Razones para el pesimismo no faltan, y se echa de menos un compromiso inequívoco por parte de los Estados miembros del euro para solucionar la crisis de una vez por todas. Es muy difícil decir hoy qué va a ocurrir mañana, máxime si la respuesta depende en buena parte de decisiones políticas de difícil encaje entre países “ricos” y “pobres”. Pero quizás el riesgo de un descalabro hispano se esté exagerando e infravalorando el de las economías solventes. ¿Parece lógico exigir un 1,3% anual al Estado alemán por sus obligaciones a 10 años? ¿Es que allí, con una visión más allá de un par de meses, los tipos no pueden subir? Por ello hemos replanteado nuestra postura y hemos decidido dar de nuevo cabida en nuestras carteras modelo, con un peso limitado como incita la prudencia, a la deuda española a medio plazo.
¿Y si este riesgo fuera real? Tampoco podemos descartar un recrudecimiento de la situación. Para aquellos que huyan del riesgo y deseen apostar por la máxima prudencia, diseñamos nuestra cartera “salvavidas”.