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Un verano calentito
hace 10 años - miércoles, 13 de junio de 2012
Todas las señales apuntan a que los meses estivales coincidirán con una nueva racha de inestabilidad en los mercados financieros.
Los mercados no entienden de vacaciones ¡ni siquiera con la llegada del verano! Es más, los inversores más experimentados relacionan la época estival con posibles turbulencias bursátiles. Y no es de extrañar. Basta con echar un vistazo a la hemeroteca: ¿recuerdan el comienzo de la crisis financiera asiática del 97 o la de las subprime en Estados Unidos? ¿Se acuerdan de la temperatura que hacía cuando se acrecentó la de la deuda soberana europea tras el segundo rescate a Grecia? Efectivamente, todas ellas coincidieron con los meses de verano.
Todo parece indicar que este año volverá a repetirse la historia. Y es que las dudas pesan cada día más sobre la zona euro: cada vez son más las voces que apuntan hacia una posible salida de Grecia de la moneda común, un hecho de consecuencias imprevisibles para los países que comparten su misma divisa. Y eso por no hablar de la supervivencia económica y monetaria de la unión, que quedaría más que cuestionada.... Para echar más leña al fuego, el plan de ayuda a España para insuflar algo de oxígeno a nuestro sistema financiero falta de concretarse y que el dinero llegue de verdad a nuestra economía.
Nosotros no somos adivinos, pero somos muy conscientes del difícil entorno en el que nos movemos. Por ello, hemos hecho cambios en nuestras carteras globales en favor de una estrategia más conservadora: reducimos el peso del euro y apostamos, a cambio, por divisas fuertes, especialmente la corona sueca y el dólar estadounidense. Eso sí, no olvide que estas carteras se plantean en un contexto de estabilidad y en el que no nos planteamos la ruptura del euro. Pero eso no quiere decir que podamos afirmar rotundamente que no vaya a suceder. Por eso, hemos diseñado una cartera “salvavidas”, muy sesgada hacia las obligaciones y donde desaparecen las inversiones en la moneda común. De esta forma, los inversores más temerosos podrán seguir jugando… pero apostando por la carta de la máxima prudencia.
Todo parece indicar que este año volverá a repetirse la historia. Y es que las dudas pesan cada día más sobre la zona euro: cada vez son más las voces que apuntan hacia una posible salida de Grecia de la moneda común, un hecho de consecuencias imprevisibles para los países que comparten su misma divisa. Y eso por no hablar de la supervivencia económica y monetaria de la unión, que quedaría más que cuestionada.... Para echar más leña al fuego, el plan de ayuda a España para insuflar algo de oxígeno a nuestro sistema financiero falta de concretarse y que el dinero llegue de verdad a nuestra economía.
Nosotros no somos adivinos, pero somos muy conscientes del difícil entorno en el que nos movemos. Por ello, hemos hecho cambios en nuestras carteras globales en favor de una estrategia más conservadora: reducimos el peso del euro y apostamos, a cambio, por divisas fuertes, especialmente la corona sueca y el dólar estadounidense. Eso sí, no olvide que estas carteras se plantean en un contexto de estabilidad y en el que no nos planteamos la ruptura del euro. Pero eso no quiere decir que podamos afirmar rotundamente que no vaya a suceder. Por eso, hemos diseñado una cartera “salvavidas”, muy sesgada hacia las obligaciones y donde desaparecen las inversiones en la moneda común. De esta forma, los inversores más temerosos podrán seguir jugando… pero apostando por la carta de la máxima prudencia.