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Rescate bancario: tarde y mal
hace 11 años - lunes, 11 de junio de 2012
El rescate a la banca ya está aquí pero... ¿será suficiente?
Rescate, ayuda, recapitalización… Más allá del nombre con el que lo queramos bautizar, el balón de oxígeno que necesitaba el sector financiero español, por fin, ha llegado. Sin embargo, su aprobación aún deja abiertas muchas preguntas: la primera, si será realmente efectivo. Desde OCU Inversores pensamos que será un alivio… pero no la solución definitiva. Si España quiere contar con un sistema financiero sólido, todavía hay mucho por hacer: cambiar la normativa contable para que no se puedan maquillar las cuentas, prohibir que haya cargos políticos en sus equipos directivos, instaurar un régimen sancionador mucho más estricto, mejorar la transparencia de los bancos y prohibir su operativa en paraísos fiscales, entre otras muchas iniciativas.
La otra gran cuestión que nos planteamos es si será suficiente para aliviar sus maltrechas cuentas y cuál es el estado real de las mismas. Nosotros hemos querido saber lo que piensan sus propios clientes y, para ello, hemos preguntado a los socios de la OCU a través de una encuesta. Y en sus resultados, hay un dato que nos ha llamado la atención: las entidades extranjeras vuelven a estar muy bien vistas, frente a la banca nacional que genera desconfianza. Y decimos que “vuelven” porque tradicionalmente había sido así…hasta que estalló la crisis. En sus inicios, con la intervención de entidades como Northern Rock, Fortis o RBS, los particulares empezaron a mirar con recelo a la banca extranjera, mientras que el sistema financiero español se percibía con total confianza. Hoy, la cosa ha cambiado mucho. De las 38 entidades de la encuesta, sólo hay 16 casos en los que más de la mitad de sus clientes crea que su solvencia es buena: entre ellos, los dos grandes bancos patrios (Santander y BBVA) y todos los extranjeros del sondeo, que obtuvieron muy buenas cifras. Ahora bien, por mucha confianza que tenga en ellos, recuerde que el grueso de sus ahorros nunca debería estar en cuentas o depósitos de ninguna entidad. La mejor alternativa es apostar por inversiones alejadas de la zona euro, como las que le propone nuestra cartera global.
En resumen, creemos que España debería haber aprendido mucho de la gestión de la crisis en otros países. Mientras aquí se negaba la mayor, otros gobiernos hablaron claro y ejecutaron medidas tan pronto como fue posible. Finalmente, no nos ha quedado más remedio que tomar la misma senda… aunque haya tocado hacerlo tarde y mal. ¿Será esto suficiente para que, por fin, aprendamos la lección?
La otra gran cuestión que nos planteamos es si será suficiente para aliviar sus maltrechas cuentas y cuál es el estado real de las mismas. Nosotros hemos querido saber lo que piensan sus propios clientes y, para ello, hemos preguntado a los socios de la OCU a través de una encuesta. Y en sus resultados, hay un dato que nos ha llamado la atención: las entidades extranjeras vuelven a estar muy bien vistas, frente a la banca nacional que genera desconfianza. Y decimos que “vuelven” porque tradicionalmente había sido así…hasta que estalló la crisis. En sus inicios, con la intervención de entidades como Northern Rock, Fortis o RBS, los particulares empezaron a mirar con recelo a la banca extranjera, mientras que el sistema financiero español se percibía con total confianza. Hoy, la cosa ha cambiado mucho. De las 38 entidades de la encuesta, sólo hay 16 casos en los que más de la mitad de sus clientes crea que su solvencia es buena: entre ellos, los dos grandes bancos patrios (Santander y BBVA) y todos los extranjeros del sondeo, que obtuvieron muy buenas cifras. Ahora bien, por mucha confianza que tenga en ellos, recuerde que el grueso de sus ahorros nunca debería estar en cuentas o depósitos de ninguna entidad. La mejor alternativa es apostar por inversiones alejadas de la zona euro, como las que le propone nuestra cartera global.
En resumen, creemos que España debería haber aprendido mucho de la gestión de la crisis en otros países. Mientras aquí se negaba la mayor, otros gobiernos hablaron claro y ejecutaron medidas tan pronto como fue posible. Finalmente, no nos ha quedado más remedio que tomar la misma senda… aunque haya tocado hacerlo tarde y mal. ¿Será esto suficiente para que, por fin, aprendamos la lección?