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Libertad, ¿de qué?
hace 10 años - lunes, 7 de mayo de 2012
Nuestro último test práctico demuestra que es casi imposible abrir una cuenta en el extranjero. ¿Es ésta la libre circulación de capitales que debería haber en la Unión Europea?
Una de los grandes argumentos con los que nos “vendieron” hace ya unos años el proyecto de la Unión Europea (UE) era el de la creación de un gran mercado único donde ciudadanos y empresas disfrutarían de cuatro nuevas libertades: las de circulación de mercancías, trabajadores, servicios y capital. De vez en cuando, a nosotros nos gusta echar la vista atrás para comprobar si lo que nos cuentan es tan cierto como parece… y nos hemos encontrado con que no siempre.
En concreto, nos referimos al asunto de la libre circulación de capitales. Con la que está cayendo en España, son muchas las consultas que nos habían llegado sobre la posibilidad de abrir cuentas corrientes en el extranjero. Y para comprobarlo, nos pusimos manos a la obra con uno de nuestros habituales test prácticos, en el que sondeamos a países de dentro y fuera de la UE. La enorme (y desagradable) sorpresa llegó cuando comprobamos que es casi una misión imposible abrir una cuenta en países comunitarios, aunque la cosa sea algo más fácil si usted tiene una jugosísima cantidad de dinero en el bolsillo o tiene posibilidad de desplazarse al país donde pretende abrirla. ¿Es ésta la libertad de capitales que pregona la Unión Europea?
Por si esto fuera poco, anteriormente ya les hacíamos referencia a otra circunstancia que choca bastante con el espíritu de libertad europeo:el exceso de retención que aplica el Fisco de países como Bélgica, Francia o Alemania sobre los dividendos de las acciones que hayamos comprado allí. ¡Y lo peor no es eso! Aunque existen convenios que regulan su devolución, con algunos estados la tarea llega a ser increíblemente complicada.
A nuestro juicio, este tipo de trabas y diferencias entre países de la ÚE deberían estar plenamente solucionadas desde hace tiempo. Visto lo visto, hemos decidido actuar y vamos a llevar hasta diferentes instituciones comunitarias nuestras peticiones en este sentido, a las que se suman otras no menos preocupantes, comola expropiación de YPF (a la que se acaba de sumar la de la filial boliviana de Red Eléctrica) y el papel de las autoridades nacionales e internacionales en casos de este tipo. Y es que no podemos quedarnos de brazos cruzados cuando observamos que flecos tan cruciales como éstos aún siguen sueltos.
En concreto, nos referimos al asunto de la libre circulación de capitales. Con la que está cayendo en España, son muchas las consultas que nos habían llegado sobre la posibilidad de abrir cuentas corrientes en el extranjero. Y para comprobarlo, nos pusimos manos a la obra con uno de nuestros habituales test prácticos, en el que sondeamos a países de dentro y fuera de la UE. La enorme (y desagradable) sorpresa llegó cuando comprobamos que es casi una misión imposible abrir una cuenta en países comunitarios, aunque la cosa sea algo más fácil si usted tiene una jugosísima cantidad de dinero en el bolsillo o tiene posibilidad de desplazarse al país donde pretende abrirla. ¿Es ésta la libertad de capitales que pregona la Unión Europea?
Por si esto fuera poco, anteriormente ya les hacíamos referencia a otra circunstancia que choca bastante con el espíritu de libertad europeo:el exceso de retención que aplica el Fisco de países como Bélgica, Francia o Alemania sobre los dividendos de las acciones que hayamos comprado allí. ¡Y lo peor no es eso! Aunque existen convenios que regulan su devolución, con algunos estados la tarea llega a ser increíblemente complicada.
A nuestro juicio, este tipo de trabas y diferencias entre países de la ÚE deberían estar plenamente solucionadas desde hace tiempo. Visto lo visto, hemos decidido actuar y vamos a llevar hasta diferentes instituciones comunitarias nuestras peticiones en este sentido, a las que se suman otras no menos preocupantes, comola expropiación de YPF (a la que se acaba de sumar la de la filial boliviana de Red Eléctrica) y el papel de las autoridades nacionales e internacionales en casos de este tipo. Y es que no podemos quedarnos de brazos cruzados cuando observamos que flecos tan cruciales como éstos aún siguen sueltos.