Las participaciones preferentes no deberían haberse ofrecido a cualquier cliente como si fueran simples depósitos a plazo.
Son las protagonistas indiscutibles de la actualidad inversora de las últimas semanas. Las participaciones preferentes han llenado páginas y páginas de diarios porque muchos de los que apostaron por ellas se ven ahora atrapados en un producto perpetuo – por lo que el emisor no está obligado a devolver el dinero –, muy difícil de vender y cuya remuneración está condicionada a que la entidad de turno obtenga beneficios (vea pág. 13). Muchos de esos inversores no sólo dicen sentirse ahora engañados por quienes les vendieron ese producto, sino que se han dado cuenta de una cuestión primordial: la renta fija sí tiene riesgo, el riesgo de su propio emisor. Y es que si éste no tiene beneficios – como pasa con las preferentes –, usted no cobrará sus intereses; y si directamente suspende pagos, podría perderlo todo, como puede ocurrir con las cuotas participativas de la CAM.
A priori, no podemos poner en duda la legalidad de estos productos de inversión pero, por su complejidad no deberían ofrecerse a cualquier cliente como si fueran simples depósitos a plazo. Y es que, no en todos los casos, pueden las entidades escudarse en que el inversor firmó un documento donde se explicaban sus condiciones y donde el comprador aseguraba conocer sus riesgos. En muchos casos, la realidad es otra: el cliente no ha llegado a ser consciente del producto que realmente adquiría por desconocimiento, por confianza en la entidad o porque la forma de comercializarlo – en su caso – no ha sido la adecuada.
Conscientes de que esta cuestión afecta a muchos inversores, queremos echarle una mano. Si usted se ha sentido engañado por la entidad a la que compró participaciones preferentes – porque, por ejemplo, lo que explicaron verbalmente no se correspondía con la realidad –, contacte con nuestra línea financiera (902 889 488 y 913 009 141), donde le explicarán cuál es la mejor opción en su caso concreto.
Sea como fuere, si usted nos sigue habitualmente, confiamos en que se encuentre muy lejos de este veneno “preferente”. Así se lo hemos aconsejado en muchas ocasiones y así lo seguiremos haciendo.