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Líderes ¿de peso?
hace 11 años - viernes, 7 de octubre de 2011
Steve Jobs fue todo un ejemplo de buen gobierno corporativo durante sus años en Apple. En España, en cambio, no ha cundido su ejemplo.
“Visionario”, “genio”, “gurú”… Éstos son sólo algunos de los calificativos con los que la prensa despedía al co-fundador de Apple, Steve Jobs, tras su fallecimiento el pasado jueves. Tuvieran razón o no, lo cierto es que el californiano no sólo reflotó la firma desde su regreso en 1996, sino que tradujo su gestión en resultados contantes y sonantes para sus accionistas: en 15 años, la cotización de la compañía se incrementó en un 9.000 %; y dos de su productos “estrella”, el IPod y el Iphone, lideran las ventas mundiales dentro de sus segmentos.
Tal vez por todos estos méritos, cualquier noticia relacionada con el líder de Apple siempre generó espectaculares reacciones bursátiles. El anuncio de su segunda baja médica y el de su dimisión generaron caídas en sus títulos de cerca del 6%, mientras que su fallecimiento se saldó con una caída del 0,32%. Pero ¿realmente estaba justificado este baile de precios? Nosotros pensamos que, en ocasiones, se sobrevaloró el papel del Jobs a la hora de determinar el precio de la compañía. Pero sólo el tiempo dirá si aquellos que le atribuían la mayor parte del éxito de la firma estaban en lo cierto, o no.
De lo que no cabe duda es de que Jobs dio una gran lección de gobierno corporativo. Su sueldo se limitaba a un dólar anual, algo que encaja más que a la perfección con las recomendaciones de gobierno corporativo que desde la OCU defendemos, que establecen que el salario del presidente ejecutivo de una compañía no debería superar en 15 veces el sueldo medio de su plantilla. Sin embargo, su ejemplo no caló en España: la retribución media de nuestros directivos supera en 36 veces lo que ganan sus empleados y en el 55% de los casos, las indemnizaciones por despido superan el año de salario.
Pero el colmo de la falta de ética empresarial lo acabamos de ver en casos como los de las indemnizaciones y pensiones millonarias de los directivos de la CAM y Novacaixagalicia, que fueron intervenidas por el Banco de España por su mala situación. Muchos ejecutivos deberían aprender que una buena gestión también incluye lo que concierne a sus sueldos. Y que éstos, en cualquier caso, siempre deberían estar vinculados a lo buenos o malos que hayan sido sus resultados.