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Ahorrador penalizado, por decreto
hace 11 años - lunes, 6 de junio de 2011
Las penalizaciones impuestas a las entidades que superen unos límites en sus remuneraciones de cuentas y depósitos perjudican, en nuestra opinión, al pequeño ahorrador. Vea por qué.
Un inversor que deposite sus ahorros en un depósito bancario a un año al 3,13% obtendría al vencimiento, tras descontar la retención del IRPF y teniendo en cuenta la inflación actual, un rendimiento real – ¡agárrese donde pueda! – del - 1,25%. Sí, sí, lo ha leído bien, una pérdida. Pues bien, de “remuneración excesiva” es como califica el Gobierno la rentabilidad de aquellos bancos y cajas que ofrezcan este tipo interés a sus clientes.
El Real Decreto de refuerzo de requisitos prudenciales aprobado el pasado 3 de junio penaliza en efecto con mayores contribuciones al Fondo de Garantía de Depósitos (FGD) a aquellas entidades que a partir del mes que viene ofrezcan rendimientos excesivos, fijados estos en un 1,5% por encima del Euribor a dicho plazo. Esto es, las entidades que ofrezcan por ejemplo más del 2,22% anual en cuentas corrientes o un 3,13% a un año o más. Las entidades que osen mostrarse excesivamente “generosas” con sus clientes y superen estos porcentajes se verán obligadas a incrementar su contribución al FGD. Una contribución adicional que en realidad quien terminará pagándola será el ahorrador.
En cambio, las entidades extranjeras que operan en España, al estar acogidas a otros fondos de garantía de depósitos, no sufrirán penalización alguna y podrán seguir ofreciendo los rendimientos que quieran, como es el caso de ING o el Banco Espírito Santo con su renovado depósito Cristiano Ronaldo (pinche aquí).
En este Real Decreto, que transpone normativa comunitaria, se adjuntan medidas ejemplares como la limitación a las retribuciones a los directivos de entidades financieras – aunque nos gustaría que se hubiese ampliado a todas las entidades cotizadas – o el hecho de poner un cierto coto a la inversión en titulizaciones – aunque no entre en la que creemos debería ser regulada estrictamente como es la inversión en derivados.
Sin embargo, no entendemos por qué se ha incluido esta medida local que no hace sino dar un mazazo a la competencia, perjudicar al pequeño inversor y favorecer a las entidades más ineficientes.
Haremos llegar nuestro malestar a las autoridades competentes instándoles a eliminar esta medida desafortunada.