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Al olor de la sangre
hace 13 años - lunes, 15 de febrero de 2010Como bien se sabe, los buitres no atacan a los animales sanos sino que primero acechan a los moribundos y después despedazan a los muertos. La penosa situación económica griega, la desconfianza hacia otras economías de la zona euro como la española y la marcha de los grandes inversores de la vieja Europa hacia otros destinos más apetecibles para su dinero como EE. UU., Suiza o las economías emergentes dieron el pistoletazo de salida a los especuladores para abalanzarse sobre el euro.
La gravedad de la situación hizo tocar a rebato y el 11 de febrero los países de la Unión Europea mostraron al unísono su confianza en el proyecto común. Es oficial: los países de la Unión apoyan plenamente los esfuerzos del Gobierno heleno y confían en que sea la propia Grecia quien salga del atolladero. Sin embargo no dudarán en adoptar, de forma coordinada, las medidas oportunas que sean necesarias. ¿Cuáles son estas medidas? ¿En qué casos se adoptarán? Nadie lo sabe. El propio funcionamiento de la Unión y las dificultades políticas para explicar a los ciudadanos de los países más disciplinados por qué han de ser ellos los que paguen con sus impuestos los dispendios de los países más díscolos impiden cualquier inyección directa de fondos para ayudar realmente a Grecia.
Todo se ha quedado pues en una simple declaración dirigida a los especuladores financieros. Los Estados miembros de la zona euro no permitirán nuevos ataques como el que ha puesto en jaque a nuestra moneda. El aviso no ha caído en saco roto y los tipos de interés griegos han retrocedido de forma destacada. En cuanto a las bolsas, la cumbre no ha solucionado gran cosa: los problemas de fondo siguen ahí y no se descartan nuevas recaídas de las cotizaciones. A pesar de todo, las valoraciones actuales nos parecen más bien correctas. Un inversor a largo plazo haría bien en no dejarse llevar ni por el pánico ni por la euforia y mantener su patrimonio de inversión correctamente diversificado (vea artículo siguiente).