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¿Están bien gobernadas las empresas cotizadas?
hace 13 años - lunes, 8 de junio de 2009En Estados Unidos ha sentado a cuerno quemado que las ayudas públicas aprobadas para salvar de la quiebra a algunas empresas se hayan utilizado para pagar compensaciones millonarias a sus directivos. El escándalo ha sido de tal magnitud que algunos de ellos han renunciado voluntariamente a las mismas o al menos a parte de ellas. En España, no tenemos conocimiento de directivo o consejero de banco o caja que, habiéndole caído encima el maná de las ayudas públicas, por pudor, haya renunciado a parte de sus dietas y bonificaciones. Tampoco parecen haber devuelto parte de sus retribuciones aquellos directivos y consejeros de empresas cotizadas en cuyo haber está el haber hundido el valor de su compañía en 2008. Es necesaria pues una regeneración moral en este sentido.
Como hacemos desde hace tres años, hemos querido evaluar cómo entienden las empresas cotizadas de nuestra selección el respeto por igual a todos los accionistas, la gestión transparente y la lealtad al accionista por parte del consejo de administración. Para ello hemos analizado el gobierno corporativo de cerca de 360 empresas de todo el mundo, principalmente europeas (vea artículo al respecto). Escasa mejoría es la que se aprecia desde nuestro primer análisis de hace tres años: el resultado no pasa de un aprobado raspado. Otra conclusión del estudio es que las sociedades son más proclives a instaurar las medidas en defensa de sus accionistas cuando existe una normativa que les obliga a ello.
Por consiguiente, no confiamos demasiado en que los consejeros apliquen motu proprio esta necesaria regeneración moral. Por ello, no nos cansaremos de solicitar a las autoridades competentes que introduzcan en la normativa las mejoras necesarias que garanticen un buen gobierno en empresas cotizadas, empezando p.ej. por suprimir los blindajes, limitando los salarios de los directivos y consejeros, o prohibiendo las filiales en paraísos fiscales. Tampoco se deberían dejar de lado a las mutuas en esta cuestión: y es que los mutualistas, sus verdaderos propietarios, se ven a menudo “ninguneados” por los gestores.