Los gastos anuales son los que se repiten año tras año mientras el inversor mantenga ese fondo de inversión. Los más representativos son los gastos corrientes, es decir, el conjunto de costes necesarios para el funcionamiento del fondo, fácilmente reconocibles al estar recogidos en su ratio de costes totales o TER. Se pueden consultar en el Documento de Datos Fundamentales de cada fondo, disponible tanto en la web de la propia gestora del fondo como en la de su distribuidor. El componente principal del TER es la comisión de gestión y depósito anual que cobran la gestora y depositario del fondo, respectivamente. Comisiones poco perceptibles para el inversor que se detraen del valor liquidativo día a día. OCU Inversiones ha calculado, entre los casi 2.000 fondos tradicionales que sigue, que los gastos corrientes suponen 15,4 euros por cada 1.000 euros invertidos, es decir, un 1,54% anual. Este porcentaje lleva años reduciéndose, en parte por la fuerte competencia de los ETF, con un gasto más reducido (un 0,33% de media), pero también por la aparición de las clases limpias, en torno a un 40% más baratas que los fondos comparables tradicionales.
OCU Inversiones advierte que hay otros gastos anuales que también castigan el bolsillo del inversor, no incluidos en el TER, como pueden ser, los gastos de transacción en los que incurre el propio fondo cuando compra y vende los títulos que conforman su cartera, y que de media pueden suponer un coste extra del 0,2% anual, así como las comisiones que la gestora puede aplicar sobre los resultados del fondo.
Por último, dentro de este grupo, la comercializadora puede cargar unos gastos por custodia de valores. En lo que se refiere a los fondos tradicionales OCU Inversiones solo considera razonable pagar comisión de custodia si su importe es reducido y da acceso a fondos más baratos, como las clases limpias de EBN Banco, y de mayor calidad. Así, aun pagando una pequeña comisión de custodia, el ahorro final no solo compensa, sino que puede suponer un jugoso beneficio a largo plazo. En el caso de los ETF o fondos cotizados, OCU advierte que hay intermediarios que no cobran nada y otros castigan sobremanera al usuario, por lo que se debe optar por los primeros y evitar los segundos.
Por otro lado, los gastos únicos son aquellos que el inversor paga de una vez, y no tiene relación alguna con la calidad del producto en sí, por lo que OCU recomienda horizontes de inversión de 5 a 10 años, para que el impacto de este gasto sobre el rendimiento sea menor.
Los más representativos de este grupo son los gastos de entrada y de salida, es decir, los gastos de compra y venta. En los fondos tradicionales estos responden a las denominadas comisiones de suscripción y reembolso. Se trata de comisiones explícitas que se cargan al partícipe en el momento de la compra y la venta como un porcentaje del importe suscrito o reembolsado y deduciéndose de este. OCU recuerda que, por ley, no pueden superar el 5%. En cualquier caso, entre los fondos tradicionales no es habitual encontrarse con estas comisiones. En los ETF sí hay que pagar necesariamente al bróker tanto en la compra como en la venta. OCU Inversiones aconseja buscar un intermediario con buenas tarifas de compraventa y custodia, que opere por internet y que minimice los gastos por el cambio de divisa, invirtiendo en cada ETF al menos 3.000 € para reducir el impacto de los gastos fijos de la operativa.
Por último, los gastos por el cambio de divisa, pueden incluir tanto una comisión explícita como un sobreprecio implícito en el tipo de cambio respecto al precio de su cotización en el mercado mayorista (cobran algo más de lo que vale cuando se compra en esa divisa y pagan un poco menos cuando se deshace la operación) en general, pueden suponer entre 5 y 10 € por cada 1.000 € invertidos en la compra y otro tanto en la venta. Es decir, entre el 0,5% y el 1% del montante total por operación, a pagar cuando se opera con fondos tradicionales que tienen el valor liquidativo en una divisa distinta del euro o con ETF que no cotizan en euros. El problema es que este coste no es transparente y no es fácil encontrar información clara al respecto. Para ahorrar estas comisiones OCU Inversiones aconseja, para el caso de los fondos tradicionales, optar siempre que sea posible por la categoría que tenga expresado el valor liquidativo en euros. Y en caso de tener un fondo tradicional en una divisa distinta al euro, OCU aconseja traspasarlo a un fondo en esa misma divisa y así el intermediario no podrá cobrar por el tipo de cambio. Si se trata de un ETF hay que optar por la versión que cotice en euros. Y si se compra un ETF en una bolsa que no sea de la zona euro, hay que procurar que cotice en la divisa local, para no tener que soportar un doble cambio, p.ej. en un ETF en USD cotizado en Londres, puede sufrir el cambio a libras y de estas a dólares.
Esta información ha sido elaborada por un equipo de ingenieros, economistas, abogados, estadísticos, editores y diseñadores de OCU que, en colaboración con laboratorios independientes, analizan desde 1975 los principales productos y servicios de consumo. Su trabajo se sustenta en los principios de ahorro, calidad, eficiencia y sostenibilidad, pero sobre todo en la independencia que le proporcionan sus más de 190.000 socios activos.
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