Obligaciones del Estado español: ¿interesan aún?
Publicado el 15 octubre 2020Un tradicional colchón de seguridad
Tradicionalmente cuando han venido mal dadas, las obligaciones han proporcionado un colchón de seguridad que ha permitido aliviar las pérdidas de las acciones. Por ello, muchos miran hacia la renta fija y en especial a las obligaciones del Estado por su mayor solvencia, pero hay que irse a un vencimiento muy alejado en el tiempo - con el riesgo que ello conlleva - para que comprarlas no cueste más que la suma del dinero e intereses que devolverán hasta su vencimiento, es decir, ¡muchas ofrecen rendimientos negativos! Ante este panorama no nos extraña que, como ese mismo barómetro de confianza saca a la luz, los inversores releguen como objetivo de inversión las obligaciones y sean más los que piensen en venderlas que los que se decantan por comprar. Y, en nuestra opinión, hacen muy bien. Se lo explicamos.
Su precio está por las nubes
Como en todo bien, el precio de una obligación depende de la oferta y la demanda. Si hay más demandantes que oferentes su precio sube; y baja si ocurre lo contrario. Tratándose de un producto cuyas características – cuantía, fechas de cupones y vencimiento - son predeterminadas, que suba su precio implica directamente que su rendimiento será menor; y viceversa.
Veámoslo con un ejemplo.
Si un título que vale 100 euros da derecho a cobrar 5 euros dentro de un año devolviendo entonces 100 euros, estará proporcionando un rendimiento del 5% anual (rendimiento =intereses/inversión). Ahora bien, si al día siguiente alguien paga 102 euros por ese título que vencerá dentro de un año abonando 105 euros, el interés del nuevo comprador será sólo de 3 euros, e implícitamente está aceptando un rendimiento de sólo un 2,9% (pues 3/102 =0,029, que expresado en tanto por ciento x 100 =2,9%). Si la demanda siguiese creciendo y al día siguiente alguien pagase a su nuevo tenedor 106 euros por ese título con el que solo cobrará 105, obtendría un rendimiento negativo del -0,94% (-1/106=-0,0094) increíble, ¿no? Pues es lo que está pasando con la deuda que vence en los próximos 8 años.
• El precio de las obligaciones muestra un comportamiento inverso al de los tipos de interés.
• El rendimiento futuro de una obligación viene determinado por el plazo que resta hasta su vencimiento y no por el original al que las comprara en el pasa-do. Y es que relaciona pagos futuros a cobrar con el precio actual. En nuestro ejemplo cuando el título alcanzase los 106 euros le convendría venderlo a todo el mundo, y más incluso a los primeros a los que ofrecía un 5% ya que así obtienen un 6% en un menor plazo y pueden reinvertir el dinero en algo rentable en lugar de esperar a cobrar el 5% a vencimiento.
0,2%
Todo bien claro en nuestra web
Si usted tiene obligaciones del Tesoro en su cartera, y se pregunta cuál es el rendimiento que, a partir de ahora, ofrecerán hasta su vencimiento o cuál es el precio al que puede venderlas, tiene una fuente fiable y sencilla en nuestra web. Nuestro comparador de obligaciones del Tesoro resuelve estas cuestiones. Concretamente podrá localizar su obligación ordenándolas por ejemplo en función de su vencimiento.
• Una vez localizada la obligación, puede ver de un solo vistazo tanto su rendimiento futuro, que aparece como TIR (Tasa Interna de Rendimiento), como su precio. Al negociarse en precio excupón, expresado en porcentaje, es este el que aparece en nuestro comparador. Para transformarlo en euros nada tan sencillo como aplicar ese porcentaje a 1.000 euros, p. ej. un precio excupón de 106,543% equivale a 1.065,43 euros. Eso sí, los intereses generados desde el último cupón pagado también le corresponden a usted y deberá sumarlos a esta cuantía; los localizará como “cupón corrido” dentro de la ficha de la obligación en las cifras clave.