¿Está seguro su dinero cuando invierte en títulos de deuda pública o privada?

Entre las inversiones más seguras está la deuda pública. Pero ¡ojo! hay matices.
¿Qué es una inversión “segura”?
Teniendo en cuenta las circunstancias de cada momento así como el perfil de cada inversor, a grandes rasgos podríamos equiparar el término “seguridad” con la garantía de recuperar, al menos, lo invertido. Es decir, evitar las pérdidas. Y aquí entran en juego dos cuestiones clave: en qué invierte y a través de quién.
• Con la primera ponemos el foco en todos los riesgos (de mercado, de interés, de tipo de cambio, de crédito…) inherentes a la naturaleza de la propia inversión (acciones, obligaciones…) que repercuten directamente en los altibajos que pueda sufrir en su valor, en los rendimientos que ofrece y en el dinero a recuperar a su vencimiento. Con la se-gunda ponderamos la seguridad (o no) de los intermediarios y entidades a través de los que canaliza sus inversiones, así como las coberturas que podrían ampararle si éstos no resultaran ser tan fiables como debieran.
Deuda pública: alta seguridad
• Ahora bien, no todas las obligaciones gubernamentales están en el mismo saco (consulte nuestro comparador de obligaciones). Cierto es que el Estado que las emite tiene su importancia (el español, p.ej., no nos genera dudas), pero también la duración de estos títulos. El precio de las obligaciones se mueve de forma inversa a la evolución de los tipos de interés, y las más alejadas en su vencimiento son las más sensibles a estas variaciones. De ahí que en caso de necesitar el dinero y tener que acudir al mercado a vender los títulos antes de su vencimiento podría tener que hacerlo con pérdidas. Razón por la que las de más corto plazo, que son las que menos variaciones sufren, sean las más seguras. A cambio, eso sí, de un menor rendimiento
Deuda privada: mayor riesgo
El rendimiento de una obligación está inversamente relacionado con la solvencia de su emisor. Por ello, la deuda emitida por las empresas privadas de un país, al tener un mayor riesgo de impago que la emitida por ese mismo Estado, se remunera a un tipo de interés mayor. En otras palabras, la seguridad de la deuda privada o corporativa dependerá de la solvencia del emisor. Y como la variedad de emisores es enorme, son muchas las obligaciones de este tipo que conviven entre sí. Razón por la que, dentro de la deuda corporativa, hay una categoría específica para aquellos títulos emitidos por las entidades menos solventes, la deuda high yield o de alto rendimiento que, a cambio de un mayor riesgo, ofrece más rentabilidad.