Diciembre, un mes de subida de precios
Una inflación elevada es el caldo de cultivo perfecto para frenar las bajadas de tipos. Por ello, con ese 2,4% (2,2% en noviembre y 1,7% en septiembre) registrado en diciembre se ha generado cierta inquietud en torno a los futuros recortes. No obstante, a pesar del dato registrado hay que observar que el índice general de inflación en la zona euro cumplió con las expectativas siguiendo el guion que califica diciembre como el mes en que se castiga la cesta de la compra subiendo precios. Por su parte, la inflación subyacente, la calculada neta de los componentes más volátiles como la energía y los alimentos – métrica que es la que más interesa al Banco Central Europeo – se mantuvo. sin sorpresas, estable en el 2,7%, pero elevada.
• Estos datos se enmarcan en el escenario previsto por el BCE en el que la inflación subyacente no crece, pero tampoco baja. La lentitud con la que cae la cifra de inflación subyacente está en línea con las expectativas del BCE, según las cuales habrá que esperar hasta finales de 2025 para alcanzar el 2%. Si no nos acercamos a esta cifra, a lo largo del año, será cuando haya que preocuparse.
• Sin embargo, un dato que sigue generando inquietud es el de la inflación de servicios, que volvió al 4% en diciembre, de ahí, el ligero aumento respecto a noviembre. La inflación de servicios sigue siendo una de las presiones inflacionarias más importantes para la eurozona. Otra presión inflacionaria representada por los salarios parece estar disminuyendo, según los datos disponibles: los últimos datos son los del tercer trimestre, que habían mostrado una desaceleración.
En conclusión, los actuales datos de inflación, al estar en línea con las expectativas, tanto del mercado como del marco que tiene en mente el BCE, no ponen en peligro los recortes de tipos en este momento. Es probable que las presiones inflacionistas sigan aumentando con el actual repunte de los
precios de la energía. Tanto más cuanto que la caída del
euro en el mercado de divisas hace subir el precio de las importaciones, incluidos el petróleo y el gas. Esto ha reavivado el debate en el seno del Banco Central Europeo entre los partidarios de una reducción rápida del tipo director (debido a las dificultades económicas) y los partidarios de un ajuste más gradual (a la espera de volver al 2% de inflación, objetivo oficial). La tarea del BCE se verá dificultada por las grandes disparidades entre países: la inflación es baja en Irlanda (1%), Italia (1,4%) y Francia (1,8%), pero sigue siendo elevada en Alemania (2,8%), España (2,8%), Portugal (3,1%), Países Bajos (3,9%) y Bélgica (4,4%). En la práctica, las disensiones internas en el BCE no pondrán en entredicho el recorte del tipo de interés oficial en 2025. Pero ello no bastará para reactivar la economía a corto plazo.
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