Una demanda disparada y una oferta escasa
Desde el final de la pandemia la demanda de vivienda en nuestro país muestra una fuerte tendencia alcista frente a una oferta que sigue siendo muy escasa. En 2023 se terminaron 87.000 viviendas nuevas y los visados para nueva construcción apenas alcanzan los 109.000 en 12 meses. Esto hace que los precios sigan subiendo (4% en 2023 según el INE) y ello a pesar del encarecimiento de las hipotecas provocado por la subida de tipos. De hecho, en febrero de 2024 el número de compras de vivienda crecía a ritmo del 5,8% anual. Además, buena parte de las compras de vivienda se hacen sin hipoteca, lo que subraya otro factor que empuja a la demanda: se compra vivienda como inversión.
• Los
desequilibrios entre oferta y demanda son más agudos en las grandes ciudades, donde la escalada de precios se traslada al alquiler: +13% anual hasta abril. Los propietarios no perciben seguridad en sus alquileres y tienden a retirar casas del mercado, agravando el problema. La onda de subida de rentas ya ha llegado a ciudades de tamaño medio y genera problemas de acceso a la vivienda para hogares con menos ingresos, también por la escasez total de vivienda pública en alquiler.
Medidas prioritarias para los consumidores
Mientras no se corrija ese desequilibrio de fondo,
los precios mantendrán la presión al alza, así se desprende de las conclusiones de nuestros expertos de
OCU Fincas y Casas. Según estos,
es en la oferta donde debe actuarse, restaurando la seguridad jurídica en los alquileres, liberalizando suelo, eliminando trabas burocráticas en una construcción ordenada y acometiendo un ambicioso plan de inversión en vivienda pública en alquiler.
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