España: la inflación de septiembre en el 3,5%
En septiembre la inflación habría vuelto a subir hasta situarse en el 3,5%, nueve décimas más que en agosto, según el dato adelantado del INE (Instituto Nacional de Estadística), el cual atribuye este repunte a la subida de los precios de la electricidad, que disminuyeron en septiembre de 2022, y en menor medida a la subida de los carburantes, frente a la bajada registrada en septiembre del año pasado. En cuanto a la inflación subyacente (excluidos los precios de la energía y de los alimentos frescos), en septiembre se habría situado en el 5,8%, es decir tres décimas menos que en el mes anterior (6,1%), una desaceleración que en todo caso es menor que la que se ha producido en la zona euro (vea a continuación).
• En el último año la deuda pública se ha incrementado en 92.551 millones de euros, lo que representa un repunte del +6,3%, aunque su peso en el PIB ha caído desde el 114,5% del segundo trimestre de 2022, hasta el 111,2% entre abril y junio de este año, dado el mayor aumento de la actividad económica que el previsto inicialmente (en términos interanuales, el avance del PIB fue del +2,2% frente al +1,8% avanzado anteriormente).
• En los mercados de deuda, los tipos de interés a largo plazo, los de las obligaciones a 10 años, cerraron la semana en el 3,95% desde el 3,8% de la anterior, siguiendo la estela alcista de estos títulos protagonizada sin duda por las obligaciones estadounidenses a este mismo plazo (4,58%).
Zona euro: la inflación de septiembre en el 4,3%
• En la zona euro la inflación se habría situado en septiembre en el 4,3%, según ha avanzado Eurostat (la oficina europea de información estadística), nueve décimas menos que en agosto (5,2%). Una caída que obedecería sobre todo a la desaceleración de los precios de la energía y la menor subida de los precios de los servicios que, tras repuntar un +5,6% en julio y un +5,5% en agosto, en septiembre habrían subido un +4,7%. Esta moderación de la inflación -la subyacente también se habría desinflado hasta el 4,5% desde el 5,3% de agosto- es un paso en la buena dirección que debería infundir algo de tranquilidad. De hecho, en algunas economías la caída ha sido muy importante (p.ej. del 6,4% al 4,3% en Alemania, incluso los Países Bajos han entrado en deflación con un -0,3% en septiembre). Sin embargo, no hay que echar las campanas al vuelo ya que sigue situándose muy por encima del objetivo del 2% del BCE.
El precio del petróleo sigue al alza
En Estados Unidos, los pedidos de bienes duraderos repunta-ron en septiembre un +0,2% con respecto a agosto, una señal de la resistencia del consumidor norteamericano que augura un buen crecimiento para la primera economía mundial en el tercer trimestre. Una economía cuyas necesidades de hidrocarburos serán, en última instancia, mayores de lo previsto. Así, y ante unas reservas de petróleo que desde la primavera pasada han ido descendiendo, y que solo se han repuesto parcialmente, todo apunta a que la demanda irá en aumento conforme se acerque el invierno. Factores que han contribuido a que el precio del petróleo haya seguido al alza, alcanzando los 94 USD el barril, tanto el del Brent -que sirve de referencia en Europa- como el del WTI -el de referencia en los EE.UU-.
Nuestros consejos
Al subir los tipos oficiales en su última reunión de septiembre, el BCE se ha dado un pequeño margen de maniobra que le permite esperar a ver cómo evoluciona la inflación y el crecimiento en la eurozona antes de decidir si los mantendrá o los volverá a subir. Mientras que algunos de sus miembros ansían que la inflación vuelva a su objetivo del 2%, otros son más pacientes, pero también más flexibles en su planteamiento, y se contentarían con una inflación cercana al 3%. Sea cual sea la decisión del BCE respecto a los tipos oficiales (que tienen un gran impacto en el Euribor utilizado como referencia para los préstamos hipotecarios en muchos países), los vencimientos a más largo plazo se verán inevitablemente afectados por lo que ocurra en otros países, especialmente en Estados Unidos, como atestigua el reciente repunte de los tipos de interés a largo plazo.