El fantasma de la quiebra
El Saudi National Bank, accionista del 9,9% de Credit Suisse, no está en condiciones de aumentar su participación en la entidad e inyectar capital. Una inyección que podría hacerle mucha falta si las dificultades se agravan. El fantasma de la quiebra por la retirada masiva de dinero por parte de los clientes vuelve a agitar a los inversores. Credit Suisse acaba de embarcarse en un complejo plan de reorganización que debería conducir a una reorientación de sus actividades de gestión de patrimonios. Esta labor se complica por la volatilidad de los mercados bursátiles y la desconfianza que se está instalando. Además, la dirección acaba de identificar "deficiencias significativas" en sus procedimientos de control, lo que no es tranquilizador. Todo ello ha hecho caer su cotización a mínimos históricos; una caída que en el último año asciende al 72%.
Las dificultades que atraviesa el Credit Suisse repercuten en la cotización de otros bancos europeos. Los mercados hay temor a que se produzca un negro escenario sobre el sector (vea nuestro postura editorial Terremoto en la banca), con los bancos dejando de prestarse liquidez a muy corto plazo, algo que les pondría en grandes dificultades.