Ingresos periódicos y un premio final
A priori, acceder a ingresos periódicos sin necesidad de tocar su inversión inicial, que puede ir madurando con el paso de los años, parece una estrategia atractiva.
Pero no es tan fácil. Para empezar, porque esos dividendos podrían no ser lo que tiene en mente. La rentabilidad por dividendo de las acciones mundiales ronda el 2% anual, y ese es su escenario de partida. Sí es cierto que con una buena selección de acciones podría optar a rendimientos superiores, de entre el 4 y el 6% anual, pero olvídese de tasas por encima sin asumir un alto riesgo. Fijarse solo en las compañías de mayor rentabilidad por dividendo actual es un grave error, pues suele ser algo
estacional (por efectos cíclicos, por una baja cotización que denote problemas, …)
·Poner la lupa en compañías con una rentabilidad por dividendo por encima de la media es un primer paso. Pero para que esta estrategia pueda funcionar, estas compañías deben cumplir
requisitos añadidos: que hayan demostrado su capacidad de pago a lo largo de los años y que sean compañías de calidad, de riesgo moderado y fundamentales sólidos. La aseguradora francesa
Axa, (mejor con
acciones nominativas puras), el banco español
CaixaBank y la energética italiana
Enel son tres compañías europeas de nuestra selección que pudieran englobarse en este grupo.
Consulte nuestro comparador de acciones.
Poca diversificación y fiscalidad, un lastre demasiado pesado
Ahora bien, incluso con una buena selección detrás, esta estrategia va de la mano de
dos grandes inconvenientes que nos llevan a desaconsejarla. La
poca diversificación es el primero de ellos. Nadie tiene una bola de cristal, razón por la que invertir todo el patrimonio en solo tres compañías le expondría demasiado: cualquier problema en una de ellas sería un pesado lastre tanto en sus previsiones de ingresos regulares como a la hora de recuperar su inversión. Ha de tener en cuenta que los dividendos no están “garantizados”. Ni tampoco el capital final, por mucho tiempo que haya por delante. El segundo gran inconveniente pasa por su
peor fiscalidad respecto a otras alternativas: el bocado fiscal periódico implicaría reducir el rendimiento en una quinta parte (p.ej. hasta el 4% si el bruto fuese el 5%).
Para ese perfil vemos más interesante invertir esos ahorros en
un buen fondo de gestión pasiva que replique las bolsas mundiales, como el
Fidelity MSCI World Index P (IE00BYX5NX33) e ir retirando cada año las cantidades que necesite. Tendrá una cartera de acciones mucho más diversificada, en número de empresas, sectores y regiones, lo que diluye riesgos. Y fiscalmente, al tributar solo por las ganancias, es una estrategia más eficiente. Consulte la ficha detallada de este fondo en el
comparador de fondos.