De media las cotizaciones de los bancos europeos equivalen al capital social que poseen las entidades. Por tanto, el sector tiene un precio justo en bolsa. Y todavía tiene margen para crecer. Creemos que lo hará, si al menos la guerra comercial de Trump no tiene un impacto demasiado grande en Europa.
¿A qué se debe esta vuelta de gracia?
La mayoría de los grandes bancos han publicado resultados mejores de lo previsto para 2024. De ahí, que las previsiones de los inversores para 2025 sean más elevadas. Y también permite a los bancos recomprar sus acciones, algo que las bolas aprecian.
Las esperanzas de fusiones en el sector (se confirmen o no) están dando a las acciones de los bancos una ventaja especulativa.
La falta de confianza en la economía estadounidense, desencadenada por Trump, devuelve a los inversores a Europa, donde el plan de estímulo alemán también resulta atractivo. Una economía más dinámica -algo que está por confirmar- beneficiaría a los bancos.
Por otro lado, la volatilidad de las bolsas juega a favor de las actividades de la banca de inversión. Los tipos de interés a largo plazo en Europa están subiendo, impulsados por el plan de estímulo de Alemania y el aumento de los presupuestos de defensa. Los tipos más altos apoyarán inicialmente los ingresos en intereses de los bancos.
No sin riesgos
Si la guerra comercial de Trump se recrudeciera, el crecimiento económico europeo se vería afectado. Con el riesgo de que se concedan menos préstamos a empresas y particulares, y un mayor riesgo de que los préstamos no se devuelvan.
Pero no hay necesidad de entrar en pánico en este último punto. Los bancos europeos han acumulado un buen colchón de provisiones en los últimos años.