Cómo sobrevivir a un crac bursátil
En un contexto de tipos menguantes, los fondos conservadores están en boca de todos. ¿Merecen el entusiasmo que despiertan?
Paciencia, diversificación, disciplina
Las Bolsas atraviesan altibajos. Pero ¿cómo reaccionar cuando nos enfrentamos a un “crack bursátil”? Morningstar ha publicado un estudio interesante sobre este tema, en el que analiza 150 años de cracs bursátiles. ¿Su principal conclusión? La paciencia, la diversificación y la disciplina siguen siendo los pilares de una estrategia de inversión ganadora en caso de caída de los índices bursátiles.
1929: el peor crac bursátil
Desde 1871 el mercado bursátil estadounidense ha experimentado 19 cracs significativos, cada uno con sus propias causas y consecuencias. Entre los más destacados la Gran Depresión (1929) que provocó una caída del 79% del mercado, que no recuperó su nivel previo hasta 25 años después, o la “década perdida” (2000-2013) que incluye el estallido de la burbuja de internet seguido de la crisis financiera global de 2008, el mercado sufrió una pérdida acumulada del 54%, requiriendo más de 12 años para recuperarse completamente.
Pero en general, las correcciones menores, o eventos sin recesión, rondan de media el 10-25%, mientras que rondan el 34% -45% en caso de recesión económica.
| Tipo de evento | Caída media | Duración media | Recuperación media |
|---|---|---|---|
| Corrección (<20%) sin recesión | 10-19% | 2-3 meses | 4-6 meses |
| Mercado bajista sin recesión | 20-25% | 7-8 meses | 11-14 meses |
| Mercado bajista con recesión | 35-45% | 14-18 meses | Hasta 4 años |
Lecciones aprendidas
Los cracs son imprevisibles. La cuestión no es si ocurrirá un crack, sino cuándo. Sin embargo, nadie puede predecirlo con certeza. Además, en el momento en que sucede es imposible saber si se trata solo de una corrección o de un colapso prolongado de los mercados.
La recuperación es incierta. La duración e intensidad de una recuperación tras un crack también son imprevisibles. Por ejemplo, la caída del 20% en un mes provocada por la crisis del COVID en 2020 fue seguida de un rebote espectacular en solo cuatro meses, mientras que otras crisis tardaron años en volver a los niveles previos.
Nuestros consejos
· Manténgase fiel a su plan. Invertir después de una fuerte subida del mercado puede parecer arriesgado por temor a un crac inminente. Y lo mismo si ha empezado a caer y no está claro si ha llegado a su suelo. Esperar indefinidamente puede hacerle perder buenas oportunidades. Si duda en invertir una cantidad elevada de golpe, puede repartir su inversión en varios meses. Así, si el mercado cae entre tanto, solo una parte de su capital se verá afectada, y podrá invertir el resto a un precio más bajo.
· Sea paciente. Los inversores que resisten al pánico y mantienen sus posiciones en tiempos de crisis suelen verse recompensados a largo plazo. Y no lo decimos por decir: si el 1 de enero de 2000 hubiera invertido 1.000 euros en un fondo de gestión pasiva que replicase a las bolsas mundiales, su capital habría alcanzado los 4.350 euros 25 años después. Y ello a pesar de grandes crisis como el estallido de la burbuja de internet, la crisis financiera de 2008, la pandemia del COVID y la guerra en Ucrania. Durante este perdido su inversión habría perdido cerca del 50% de su valor en dos ocasiones (en 2003 y 2009). Sin embargo, vender por pánico habría sido un error: a menudo, tras un crac, los mercados experimentan sus mejores jornadas. Si tarda demasiado en reinvertir, podría perder estas fases de recuperación, reduciendo así su potencial de ganancias.
Diversifique sus inversiones
Una buena diversificación es esencial para reducir el impacto de los cracs. No concentre sus inversiones en unos pocos valores específicos. Durante el estallido de la burbuja de internet en 2000, los valores tecnológicos fueron los más afectados. En 2008, las mayores pérdidas las sufrieron los bancos. Una cartera diversificada a nivel global -vea nuestras distintas estrategias de inversión- permite amortiguar los impactos bursátiles. Y no dude en incorporar oro, bajo la forma de un ETF o fondo de minas de oro que sirven de contrapeso en caso de crisis (vea nuestro análisis "Invertir en oro").
· Por último, conforme se vaya acercando ese momento en el que necesitará recuperar su capital (menos de 10 o 15 años por delante), considere aumentar su exposición a activos defensivos, como p.ej. bonos u obligaciones del Estado. Menos volátiles que las acciones, ayudan a amortiguar las pérdidas en caso de crisis.