El mundo de las especialidades dermatológicas se presenta como un prometedor nicho de crecimiento en el ámbito farmacéutico. Sin embargo, conseguir que un medicamento brille a largo plazo es una tarea complicada y la acción presenta momentum negativo.
Por precaución recomendamos VENDER.
Al cierre del primer semestre del ejercicio, Almirall logró un
aumento del 6,8% en sus ventas en comparación con el año pasado, pero se enfrentó a una
disminución del 56% en sus beneficios, alcanzando sólo 0,07 euros por acción. El
negocio en Estados Unidos sigue experimentando una desaceleración (-12,5% en ventas) debido a una mayor competencia, contribuyendo ahora solo al 6,4% de los ingresos del grupo (hace un año fue del 7,2%). Afortunadamente, el grueso de su negocio proviene del Viejo continente, donde impulsado por el buen desempeño de sus productos clave en este campo y los exitosos lanzamientos más recientes, es el
negocio dermatológico en Europa es el motor de crecimiento de Almirall con un sólido aumento del 15%.
En el centro de las expectativas está el inminente lanzamiento del
Lebrikizumab, un producto biológico para el tratamiento de la dermatitis atópica, que promete convertirse en el medicamento estrella de la compañía en los próximos años en términos de ingresos. Almirall tiene grandes esperanzas de que la Agencia Europea del Medicamento autorice su venta a finales de año. Sin embargo, debemos ser cautos, ya que el lanzamiento de Lebrikizumab ha sido uno de los factores que han afectado a la disminución del beneficio, debido a los mayores gastos para fortalecer la red comercial y completar los estudios clínicos de fase IV necesarios para su llegada al mercado. Mantenemos una perspectiva prudente de cara al cierre del año, estimando un beneficio de 0,12 euros por acción.