Qué es una junta de accionistas
Comprar acciones (consulte en el comparador de acciones todas las incluidas en nuestra selección) nos convierte en propietarios de la compañía con todos los derechos, tanto los económicos -como p.ej. recibir un derecho de suscripción preferente en caso de ampliación de capital o participar de los beneficios que obtenga la compañía y su distribución, si la hubiere, vía dividendos-, como de los políticos, como p.ej. ser informado, participar y votar en la junta de accionistas.
Todas las cotizadas deben convocar su junta al menos una vez al año. En ellas, el Consejo de administración expone su gestión, pide la aprobación a sus cuentas y consulta a sus accionistas si dan su visto bueno a operaciones importantes como ampliaciones de capital, fusiones con otras compañías o cambios de su domicilio. Estas consultas suelen tener carácter vinculante, siendo necesario que la mayoría de la junta lo apruebe para que se lleve a la práctica. Pero en otros casos son meramente consultivas, como sucede con las retribuciones de la alta dirección en las que simplemente se sondea para conocer el sentimiento del accionariado, pero a sabiendas de que se llevarán adelante de todas formas.
• Junto al anuncio de la convocatoria, las empresas publican sus cuentas anuales, memoria y distintos informes. Información abundante, a veces no fácil de digerir pero que podrá encontrar en la web de la empresa o solicitar en el área de “atención a accionistas” su envío gratuito a su domicilio.
• Las juntas suelen hacerse en horario laboral y en algún espacio amplio de la ciudad donde la compañía tiene su sede, lo que complica la asistencia. Así, aunque la mayor parte de los accionistas no podrán asistir físicamente, sí podrán al menos participar telemáticamente conectándose a través de la web. Y lo que es más importante, podrán ejercer su derecho al voto a distancia.
Lo primero, acreditarse
Lo normal es que, en el momento de la publicación de la convocatoria de la junta, su intermediario le envíe la tarjeta de asistencia, delegación y voto que le permitirá acreditarse como accionista, asistir a la junta o delegar el voto. El envío se hace por correo postal, electrónico o colgándola entre los mensajes de su área de cliente. En algunos casos, generalmente en el de los brókeres “low cost”, puede que lo hagan solo bajo demanda y cobrando gastos prohibitivos (100 euros), lo que desincentiva e incluso hace que no sea en absoluto aconsejable la participación.
• Las compañías cotizadas tienen el derecho legal de contar con un registro de sus accionistas. Así, a menudo no es necesario disponer de la tarjeta de asistencia emitida por su intermediario, sino que es la propia sociedad la que habilita dentro de su página web una sección referida a la junta de accionistas a través de la cual participar.
Participación telemática
En dicha sección la compañía suele ofrecer la descarga de la tarjeta de asistencia, el orden del día y toda la información de la compañía que se presentará en la junta. Encontrará los links, en los que podrá pinchar y una vez identificado, emitir su voto o presenciar en video en directo la junta. Eso sí para acceder a estos contenidos necesitará contar con identificación electrónica en vigor y habitualmente se exige también instalar algún programa en el ordenador. Mejor no espere al último día para tramitar su participación telemática.
Votar es importante
Para defender sus derechos en lo relativo a ciertos puntos del orden del día que le parezcan sospechosos, tome como referencia nuestros mandamientos de buen gobierno. De cualquier modo, en nuestra revista semanal y web le informamos puntualmente de operaciones que ningunean sus derechos y en contra de las que debería votar.
• Si quiere votar, especifique el sentido de su voto en cada uno de los puntos del orden del día. Si no lo especifica, y simplemente entrega su tarjeta de asistencia en blanco estará delegando su voto en el Consejo, cuyos intereses no siempre han de coincidir con los suyos. Además del voto telemático, con tiempo suficiente puede recurrir al tradicional correo postal o acudir a entregar su tarjeta rellena en la oficina de atención al accionista que algunas compañías montan días antes en diferentes puntos de España.