¿Qué acciones comprar, conservar o vender?

Se denomina Granolas a 11 acciones europeas de calidad, en concreto GlaxoSmithKline, Roche, ASML, Nestlé, Novartis, Novo Nordisk, L’Oreal, LVMH, AstraZeneca, SAP y Sanofi
Un enfoque multicriterio mejorado
¿Cuánto valen las acciones de una empresa? ¿El mercado las sobrestima o subestima? ¿Mejor estas o aquellas? ¿Merece la pena asumir su riesgo? ¿Es ahora un buen momento?... Nos hemos vuelto a hacer estas preguntas y dado un repaso a nuestra metodología de evaluación de acciones con el ánimo de pulir sus defectos. Un trabajo de un par de años en el que se ha mantenido su esencia de enfoque multicriterio que conjuga a la par el análisis fundamental con la observación de la cotización de la acción. Al final, hemos construido cuatro pilares sobre los que ya se sustentan nuestros consejos.
Análisis fundamental, ante todo
Todos los estudios de estos últimos años concluyen que no hay otro camino para el análisis que pueda hacerle sombra. El análisis fundamental de una empresa consiste en el estudio de sus documentos contables (cuenta de resultados, balance, cuadros de flujos de tesorería), así como del entorno en el que se desenvuelve: perspectivas de crecimiento, estudio de la competencia, etc. Es el que nos permite evaluarla como barata, correcta o cara y saber si la calidad de su salud financiera es mala, aceptable (o más bien como la media) o buena.
Primer pilar fundamental: valor
Es la pregunta esencial que trata de responder cualquier analista ¿cuál es la cotización justa para una empresa? ¿Están baratas o caras esas acciones? Para poder responder, nosotros, nos centramos en tres ratios considerados especialmente relevantes por diversos estudios de la literatura financiera. Triada de ratios que difiere en función de la naturaleza de la empresa, pues no es lo mismo analizar una empresa industrial que una compañía financiera o un holding cuya única actividad sea la tenencia de otras participaciones o inmuebles como es p.ej. el caso de Alba.
Las tres ratios que más utilizamos son:
• Relación entre el precio por acción y los beneficios por acción. Es decir, el PER.
• Relación entre el valor empresarial y su EBITDA. El valor empresarial es el precio al que debiera hacer frente un potencial comprador de la misma que no pagase prima alguna. Mientras que el EBITDA, indica el beneficio de una empresa sin la parte de cargos a largo plazo (amortizaciones), los costes financieros ni los impuestos.
• Relación entre el precio por acción y su valor contable. El valor contable o en libros corresponde a la diferencia entre el valor económico de los bienes y derechos de una empresa y el de todas sus deudas, según el valor que tiene registrados ambos en su contabilidad.
• Estas tres ratios que usamos para evaluar a las acciones industriales las puede ver en nuestra web en la ficha detallada de cada acción bajo el epígrafe Datos Bursátiles por acción. Consulte en este enlace el caso p.ej. de Repsol.
• Los denominamos "indicadores de evaluación" y son un poco como el precio por kilo, cuanto más altos son, más sobrevaloradas están esas acciones. Pero si usted se fija como ocurre con Repsol en que su cotización/beneficios es de 9,43 ¿Qué implica esta ratio? Difícil si no tiene más refe-encia. Para entender si estos "precios por kilo" son adecuados, debemos hacer como cualquier consumidor que se dirige al mercado: nos fijamos en cómo estaba el precio por kilo en el pasado, pensamos en función de la temporada cómo puede estar en el futuro, y comparamos peras con peras y manzanas con manzanas, pero sin dejar de echar un ojo al resto de la frutería… Y es que hay momentos en los que es mejor olvidarse de peras o manzanas y llevarse a casa naranjas.
• Nosotros observamos cada una de estas ratios en largos periodos de tiempo, concretamente de los últimos diez años. Esto nos permite suavizar el impacto de años particularmente buenos o malos, y tener una imagen más precisa de la capacidad de la empresa para generar caja o ganancias de manera continua. Pero flaco favor haríamos si solo mirásemos cifras del pasado. Una vez visto lo que han hecho en los últimos diez años, nuestros analistas calculan el valor actual en función de sus previsiones.
• La evaluación se obtiene por un lado comparando las ratios actuales con sus ratios históricas, pero también hacemos un análisis transversal comparando dichas ratios actuales con las ratios del mismo sector de actividad, del mismo país e incluso con los de una muestra de las acciones mundiales. Las que dan una imagen mejor nos permiten decir que están baratas, las que tienen una imagen similar simplemente correctas, y las que dan un peor resultado: caras. Esta evaluación aparece en la cabecera de la ficha detallada de cada acción, entre nuestro consejo y su riesgo.
• Pero ojo, porque a pesar de ser este el principal pilar no es el único, y ni una acción barata implica necesariamente un consejo de compra ni una correcta necesariamente el de mantener.
Segundo pilar fundamental: calidad
Llegados a este punto quizás se esté preguntando ¿y el dividendo entonces no cuenta? Sí, cuenta y se enmarca en el segundo pilar de análisis de acciones, el relativo a la calidad de la empresa. No nos basta con saber si una acción está cara o barata hoy: sometemos los estados financieros a 9 pruebas de calidad que dependen asimismo del sector en el que se encuadra la compañía.
• Entre las medidas de calidad que utilizamos, sólo por nombrar algunas, están las referidas a la rentabilidad que obtiene la empresa, ya sea con el dinero aportado por sus accionistas (ROE) o con el total de sus recursos (ROA). Otras que se pueden relacionar con la eficiencia en la gestión como la estabilidad en los beneficios o en los dividendos. Y finalmente las indicativas de su solvencia como deuda/fondos propios, o su tendencia a evitar el recurso a ampliaciones de capital como fuente de financiación, que por ejemplo en el caso de los bancos quedarían sustituidas por la ratio TIER 1, ratio de morosidad o la ratio de eficiencia.
• Nuestros analistas fijan unos valores mínimos razonables para cada criterio otorgando una valoración positiva o un punto si sobrepasan dicho criterio y negativa o cero si no lo hacen. Al final, cada empresa tiene su boleta de calificaciones: cuantos más puntos obtenga, mejor calidad. Y para concluir si su calidad global es buena, medía o mala, ordenamos todas las acciones en función de cada criterio y vemos cuales quedan dentro del mejor tercio de la muestra, cuales en medio y cuales en el peor tercio.
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