Ante la mayor competencia, Intel cambia el rumbo

La incertidumbre marcó el paso de las bolsas mundiales en marzo
Un rey ¿en entredicho?
Intel es el líder mundial de procesadores para ordenadores (53% del beneficio operativo) y servidores informáticos (42%) con una cuota de mercado del 70% y el 90% respectivamente. Su dominio indiscutible le permite registrar unos sólidos resultados y ventas que deberían marcar este año un quinto récord consecutivo. Sin embargo, desde principios de año, una serie de noticias han sembrado la desconfianza entre los inversores. A principios de año, a Intel le costaba satisfacer el fuerte aumento de la demanda, y en julio, anunciaba un retraso de 6 meses en el lanzamiento de sus chips de última generación grabados en 7nm (nanómetros). Problemas que aprovechan sus rivales AMD y Nvidia para ganar cuota de mercado.
Giro estratégico
Pero Intel no es un gigante dormido, ha retomado las riendas de su destino. Por un lado, desprendiéndose de las actividades menos rentables como hizo en 2019 al vender los chips 5G para smartphones a Apple o recientemente una gran parte de su negocio de “memorias” a SK Hynix. Y por otro, con un giro estratégico determinante que anunció en julio: si bien hasta ahora Intel produce en sus propias fábricas los chips que diseña, se dirige hacia un modelo de producción híbrida con la mayoría de sus chips producidos en sus plantas, pero con la producción de los chips de última generación en manos de un externo subcontratado, el taiwanés TSMC. Sacrifica con ello parte de sus márgenes, -que en torno al 60% frente al 45% de AMD supera ampliamente a los de su competencia-, pero evita nuevos problemas de producción y puede centrarse en tecnología e innovación.
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