El fuerte castigo bursátil de Gamesa refleja a las claras la complicada coyuntura que vive el sector de los constructores de equipos de energías renovables en España.
La parálisis en España empuja a la compañía a buscarse las habichuelas fuera. Pero la competencia, incluida la de los países emergentes, es fuerte y reduce los márgenes. Acción cara. Venda.
Los fabricantes de equipos de energías renovables viven tiempos difíciles en nuestro país. Las incertidumbres regulatorias por un lado y el endurecimiento de las condiciones financieras para los promotores de parques por otro, han paralizado las ventas de nuevos equipos.
Y, lo que es peor, las perspectivas en los próximos meses en España son poco alentadoras. Ante esta situación, la compañía se ha visto obligada a reducir costes y fábricas en España y a crecer en el exterior.
La estrategia parece que empieza a dar sus frutos. En el primer trimestre del año el beneficio creció un 67% (hasta 0,05 euros por acción), gracias a la reducción de costes y al impulso de los mercados exteriores (sobre todo, India y China), donde además Gamesa ha conseguido importantes contratos para los próximos años.
A tenor de estos resultados, mejoramos nuestras estimaciones de beneficio por acción para 2010 a 0,35 euros (0,20 anteriormente) y para el siguiente a 0,49 euros por acción (frente a 0,23 euros).
Pero el exceso de capacidad de producción a nivel mundial se traduce en una mayor presión en los márgenes para la compañía. Y la irrupción de nuevos productores de países emergentes más baratos complica aún más la situación.
Cotización en el momento del análisis: 6,20 EUR