Tras el desplome de la cotización, la acción nos parece ahora correcta. Cambiamos por tanto nuestro consejo de vender a mantener.
La actividad de mantenimiento sostiene las ventas de Zardoya. A una buena gestión, se une la ausencia de deuda y una buena rentabilidad por dividendo. Tras el fuerte castigo, la acción vuelve a estar correcta. Mantenga.
La crisis del sector inmobiliario sigue pasando factura a la compañía: si no se construyen nuevos edificios, tampoco se instalan ascensores. Afortunadamente para la compañía el grueso de su actividad (más del 75% en estos momentos) proviene del negocio del mantenimiento, mucho más estable. Gracias a ello, y a pesar del desplome de las nuevas instalaciones, la compañía sigue manteniendo sus ventas y sus resultados.
Zardoya cuenta además con una gran ventaja frente a sus competidores: una sólida situación financiera (no tiene deuda), lo que en estos momentos de debilidad económica le permite recurrir a su talonario para crecer vía adquisiciones de otras pequeñas empresas de mantenimiento y reforzar así su posición de liderazgo en el sector.
Por otro lado, su buena gestión y excelente trato a los accionistas (distribuye entre ellos cerca del 100% del beneficio del grupo con una rentabilidad por dividendo actual que ronda el 5% anual) le han convertido en un valor “refugio” a los ojos de muchos inversores.
Tras el desplome de la cotización en los últimos años, la acción creemos que se ha puesto de nuevo correcta, por lo que cambiamos nuestro consejo de vender a mantener.
Cotización en el momento del análisis: 11,36 EUR