La incertidumbre regulatoria penaliza al sector de las renovables y sus necesidades de financiación tampoco ayudan.
Coyuntura poco propicia para crecer
La compañía combina la fortaleza de su ingeniería y el potencial de las energías renovables. Pero los riesgos de este tipo de negocios (legislativos, financieros, tecnológicos) y las fuertes necesidades financieras que requieren para su desarrollo nos hacen extremar la cautela en la actual coyuntura económica. Acción cara.
Venda.
Aunque los ingresos crecieron casi un 30% en los primeros nueve meses del año, el beneficio total cayó casi un 2% (hasta 1,72 euros por acción), lastrado sobre todo por el aumento de los gastos financieros (+55%). La empresa sigue desarrollando un intensivo plan de inversiones sobre todo en energías verdes (es líder mundial en bioetanol y en plantas termosolares). Todo esto ha generado un fuerte aumento de su endeudamiento (+55%) y de los tipos de interés que ha de pagar por ello, algo inquietante dado los tiempos que corren en los mercados. Su actividad principal – la construcción de instalaciones – sigue manteniendo un nivel muy alto de pedidos aunque buena parte de ellos son para proyectos propios. Este tipo de proyectos, además de necesitar elevadas inversiones, también requieren de subvenciones (directas o indirectas vía tarifas). En estos momentos de dificultades presupuestarias, estas instalaciones están pues en el punto de mira por su elevado coste: las instalaciones ya comprometidas seguirán adelante pero dudamos de que se registren mayores crecimientos a medio y largo plazo.
Cotización en el momento del análisis: 15,77 EUR.