Se trata de un simple cambio de nombre con el que Ebro pretende reflejar mejor su carácter internacional. Nada cambia, sin embargo, para la compañía. Puede mantener la acción.
Un simple cambio de denominación
Tras la venta de su negocio lácteo y de la marca Puleva que lo acogía, el grupo ha decidido, conforme a lo acordado en su última Junta de accionistas, dejar de llamarse Ebro Puleva para llamarse a partir de ahora Ebro Foods, nombre que, en opinión de la compañía, recoge mejor su carácter internacional. Así pues con este nuevo nombre aparecerá en nuestras habituales tablas de acciones. Nada cambia, sin embargo, para esta compañía cada vez con mayor presencia internacional y que seguirá siendo el líder nacional en el negocio alimentario gracias a su fuerte presencia en los negocios del arroz y la pasta.
Un paso adelante en buen gobierno
Por otro lado, en dicha Junta, además del cambio de nombre, la compañía dio un paso adelante en lo referente a las prácticas de buen gobierno corporativo: por un lado, se decidió suprimir las mayorías reforzadas para la adopción de algunos acuerdos, y por otro se sometió a votación la aprobación de su política de retribución a sus administradores, algo digno de mencionar puesto que son muy pocas las empresas españolas que lo hacen. No obstante, seguimos echando en falta la publicación de una lista individualizada de estas retribuciones, conforme al punto nº 11 de nuestras 13 recomendaciones o mandamientos de buen gobierno en empresas cotizadas, según el cual “los accionistas conocerán las retribuciones individualizadas de cada consejero, incluidas opciones sobre acciones, compromisos por pensiones o cláusulas de rescisión”.
Cotización en el momento del análisis: 14,09 EUR.