A la hora de invertir en Bolsa, resulta esencial cursar las órdenes de compra o venta de forma muy clara y precisa. Sólo así logrará evitar cometer errores que podrían costarle muy caro para su bolsillo.
Un “despiste” muy caro…
Recientemente, la prensa económica se hacía eco del caso de un inversor que, debido a su despiste o desconocimiento, acabó pagando un precio astronómico por los derechos de suscripción preferente de Dinamia que ordenó comprar a primera hora del primer día en el que comenzaron a cotizar en bolsa, el 23/11/09, fecha en la que se daba el pistoletazo de salida a la ampliación de capital de esta sociedad. Una ampliación en la proporción de 1 acción nueva por cada 3 antiguas a un precio de 10 euros cada una (lo que suponía un descuento del 8,3% sobre la cotización de antes del anuncio de la ampliación), quedando fijado el valor teórico del derecho en 0,045 euros.
Pues bien, tal– “despiste” consistió en que este inversor dio una orden de compra de 30.000 de esos derechos a precio de mercado. Una orden de mercado significa aceptar que se ejecute al precio existente en el mercado en ese momento (si no existiese contrapartida para atender toda su solicitud, la parte no ejecutada permanecería en el sistema hasta cubrirse del todo sin límite de precio, por lo que no es aconsejable en acciones con poca negociación como sucede con Dinamia, una de esas acciones con fuertes altibajos en su cotización, por lo que los derechos también estarían expuestos a experimentar fuertes fluctuaciones en su precio) . Así pues, al tratase de una orden de compra a precios de mercado ésta barrió automática e instantáneamente (sin poder detenerse) todas las posiciones de oferta existentes en ese momento: desde los 0,19 euros hasta los 0,85 euros, el máximo al que cotizaron los derechos, ¡un 1.788% más que su valor teórico! (luego volvieron a caer). Menos mal que, haciendo la media, este inversor acabó comprando cada derecho a un precio de 0,50 euros. Precio al cual evidentemente las acciones nuevas de la ampliación le resultarían más caras que las antiguas.
… y que hubiese evitado limitando el precio
Habida cuenta de las fuertes oscilaciones que pueden experimentar las cotizaciones, poner un límite en el precio de compra o de venta es la mejor forma de asegurarse la compra o venta de los valores (acciones, derechos de suscripción…) al precio que usted desea. En efecto, en una orden de compra, usted fija el precio máximo que desea pagar por sus títulos; y en una de venta, el precio mínimo que desea obtener. Si no lo fija, se entiende que la orden es de mercado.