Estrategia demasiado prudente
Exxon sigue una estrategia muy conservadora que le permite remunerar bien a sus accionistas, pero que podría perjudicarle a largo plazo. Acción correcta. Mantenga.
A pesar de la recesión económica y de la caída del precio del petróleo, el grupo petrolero ha sufrido menos en bolsa que sus rivales. Gracias a unas arcas bien repletas, Exxon sigue distribuyendo su dinero entre sus accionistas a través de la recompra de acciones propias (lo que impulsa la cotización).
Valoradas en 35.700 millones de dólares en 2008, estas compras ascienden ya a 15.000 millones este año, y ello a pesar de que el precio del petróleo está más bajo en 2009. Para mantener esta generosa política de retribución al accionista y de rentabilidad, Exxon modera sus inversiones (25.000 millones en 2009), lo que le diferencia de sus rivales más atrevidos (23.000 millones de Chevron, tres veces más pequeña).
Es cierto que el tamaño de Exxon reduce el número de inversiones que le permitirían aumentar sustancialmente sus reservas. Pero su conservadurismo en la materia y la consiguiente caída de la producción acabarán por perjudicarle. Otro motivo de inquietud, la poca apetencia de Exxon a las energías alternativas, camino que sí han emprendido decididamente sus rivales.
Pese a la reciente subida del precio del petróleo, mantenemos nuestras previsiones de beneficio por acción en 5,25 USD para 2009 y en 6,29 USD para 2010.
Cotización en el momento del análisis: 68,49 USD