¿Todo de golpe o escalonadamente? Si dispone usted de una cantidad de dinero de la que pueda prescindir durante un largo periodo de tiempo y ha seleccionado ya un cierto número de acciones para invertir, ¿qué le conviene, invertir inmediatamente todo el dinero disponible de una vez o hacerlo progresivamente? |
elegir el mejor momento no es fácil
A primera vista, invertir en bolsa parece ser algo de lo más sencillo. Pero ¿quién puede vanagloriarse de comprar siempre cuando las cotizaciones están más bajas y de vender siempre cuando están más altas? Nadie. En la práctica, resulta imposible prever con exactitud las subidas y las bajadas de las cotizaciones. Incluso los profesionales confiesan que encontrar el “momento perfecto” es puro azar. Esto explica los rendimientos muchas veces decepcionantes de muchos fondos de inversión gestionados activamente. Además, recientes estudios científicos han demostrado que los gestores que invierten en el “momento ideal” sufren las consecuencias y por ende sus clientes.
LA BOlsa es caprichosa
¿Por qué los inversores suelen repartir en varias veces sus inversiones en lugar de hacerlo de una vez? Por una razón muy simple: la diversificación. No nos referimos a la diversificación de su cartera según el tipo de inversión, sino el reparto en el tiempo. Las fluctuaciones de los mercados financieros pueden ser amplias y a quien invirtió todo de golpe en 2007, cuando las cotizaciones estaban en lo más alto, le resultará doloroso ver ahora que se encuentra con unas pérdidas medias del 40%. Y es que los mercados son caprichosos y cuanto más corto es el plazo, mayor es el riesgo ligado a las fluctuaciones bursátiles.
Sin embargo cuanto más largo sea el horizonte temporal del que usted disponga para invertir, mayores posibilidades tendrá de que las aguas vuelvan a su cauce. El crash de 1987 provocó una oleada de pánico, pero una vez pasado el tiempo apenas se ven los efectos. Lo mismo ocurrió con la crisis del peso (¿quién se acuerda hoy de ella?) a principios de los noventa. ¿La regla de oro? Permanecer durante mucho tiempo en bolsa, el mayor tiempo posible.
EMOciones a flor de piel
Si usted es de los que siguen la bolsa más o menos de cerca es bastante probable que pierda algo de visión de largo plazo y, si dispone de un capital, se sienta más a gusto con una inversión repartida en el tiempo porque tenga miedo de comprar en el peor momento. Esta elección se basa más en motivos emocionales que científicos. Históricamente hablando, está demostrado que la bolsa sube más de lo que baja (dos de cada tres días). En efecto, si usted distribuye sus compras durante un periodo muy corto de tiempo, algunos meses por ejemplo, su riesgo no es sensiblemente menos elevado. Es el azar el que dirá si ha hecho o no una buena operación. Estadísticamente, hay incluso más posibilidades (dos de cada tres veces, de hecho) de obtener una rentabilidad inferior. En cambio, si usted reparte sus compras durante un periodo largo, uno o dos años por ejemplo, podría dejar pasar de largo una buena parte del potencial bursátil. La bolsa sigue siendo la más rentable a largo plazo: cuanto más retrase sus inversiones, menos será el tiempo que permanezca en ella.
ACCIONES MUSTIAs En VERANO
Los inversores más racionales, con una verdadera visión de largo plazo y que tengan un peso inferior a ese 45% que nosotros recomendamos destinar ahora a las acciones, no deberían comprar por tanto escalonadamente sino que, de tener el dinero, podrían lanzarse a la piscina de golpe.
Pero esto no quita para advertirle de que, tras la remontada de los últimos meses, la bolsa podría verse envuelta de nuevo en una espiral bajista en el corto plazo y que precisamente el verano suele ser bastante propicio para las caídas bursátiles. Sin embargo, como ya hemos reconocido, nadie sabe a ciencia cierta qué va a pasar con la bolsa en los próximos meses y sólo somos capaces de valorarla a largo plazo comparándola con el resto de inversiones posibles. Algo que hacemos a través de nuestra cartera global, en los que damos más o menos peso a las acciones, y cuyos cambios pueden servirle de referencia para comprar o vender acciones.
Invertir regularmente
No hay que confundir la disyuntiva planteada anteriormente con la técnica que consiste en consagrar una pequeña parte de sus ingresos a invertir, todos los meses por ejemplo, en un fondo de acciones y constituirse así progresivamente un capital. Esta fórmula resulta en efecto interesante.