Cambio de consejo
Crisis obliga, las ventas están de capa caída. Pero la prudente gestión del grupo gusta en bolsa. La cotización rebota cerca de un 50% desde sus mínimos de enero y la acción se ha puesto ya cara. Venda.
Consecuencia de la crisis, las ventas en el primer trimestre cayeron un 7% (en datos y tipos de cambio comparables). Aunque el objetivo fijado a finales de 2007 está lejos de cumplirse (duplicar las ventas en 5 años), la situación no es dramática. Y es que la división más rentable (moda y complementos, entre la que está la marca Louis Vuitton) ha crecido un 4%. Las otras divisiones, que padecen la reducción de stocks de los vendedores minoristas, deberían también remontar, pero más lentamente.
LVMH tiene además el mérito de centrarse en el crecimiento interno y no haberse endeudado con grandes adquisiciones. Esto le permite afrontar con tranquilidad la crisis, incluso si resulta ser más larga de lo previsto. Mejor aún: más que algunos competidores, es capaz de reforzar sus puntos fuertes y de arañar cuota de mercado, dos elementos muy valiosos en la salida de la crisis.
El beneficio por acción debería registrar en 2009 una caída limitada (hasta 3,80 euros frente a 4,28 en 2008) y repuntar en 2010 hasta 4,10 euros. Desde luego, el potencial a largo plazo sufre por la fuerte exposición del grupo a los países desarrollados (más del 70% de sus ventas). Pero el éxito de sus marcas en los países emergentes (potencial de desarrollo importante) debería garantizarle un buen impulso.
Cotización en el momento del análisis: 61,345 EUR