Tiempos de vacas flacas
La ralentización económica en toda Europa se reflejará en una menor demanda de envases de vidrio. Además, las subidas de costes y la mayor deuda se traducirán en un menor beneficio. La acción, que sigue corrigiendo excesos, aún está cara. Venda.
Hasta ahora Vidrala se había visto favorecida por un escenario de máxima pero limitada capacidad de producción y una fuerte demanda espoleada por el buen clima económico que le permitía incrementar sus precios de venta por encima del 5% anual. Tal es así que sus ventas crecieron un 15% en los nueve primeros meses de 2007 y su beneficio repuntó un 28%. Ahora bien, si es cierto que la oferta de envases de Vidrala (40% vinos, 17% cervezas y el resto champán y otras bebidas alcohólicas) se ve favorecida en tiempos de bonanza económica, también lo es que es de las primeras en sufrir los azotes de la ralentización cuando los consumidores se aprietan el cinturón. La contracción de la demanda frenará la subida de precios y sus beneficios tendrán que absorber los mayores costes energéticos. Además, en los próximos 18 meses el grupo tendrá que digerir la adquisición de una vidriera belga, menos eficiente que Vidrala, y la subida de tipos en su deuda (que casi se ha septuplicado respecto a la de 2004). El grupo se muestra ahora más austero comenzando por los dividendos: el dividendo total para 2007 crecerá en torno al 8%, menos de la mitad que sus beneficios.
Cotización en el momento del análisis: 20,00 EUR