EL ABC DE LA INVERSIÓN EN BOLSA
Conflicto en Oriente Próximo, atentados
terroristas en Irak, ensayos nucleares de Corea del Norte… todos estos
elementos influyen en las cotizaciones bursátiles del mundo entero. Y no poco,
ya que los inversores parecen desprenderse masivamente de sus acciones. Sin
embargo, el pánico nunca ha sido un buen consejero.
Algunas reglas básicas
Antes de aventurarse en Bolsa, pregúntese en primer lugar si
podría necesitar su dinero en los próximos años. Mejor será en efecto conservar
siempre una cantidad de reserva suficiente para poder hacer frente,
eventualmente, a importantes gastos como el pago del préstamo hipotecario o los
estudios de los niños. Se evitará así encontrarse ante la obligación de tener
que vender en un mal momento.
En lo que respecta a su horizonte de inversión, sepa que el tiempo juega
a su favor. En general, el riesgo de no recuperar su inversión inicial
disminuye con el paso del tiempo. Si piensa poder prescindir de su dinero
durante al menos diez años, las acciones tendrán claramente un lugar de honor
en su cartera.
Una tercera cuestión esencial se refiere al riesgo. ¿Qué riesgo está
dispuesto a asumir con la esperanza de obtener un rendimiento más elevado que
con otra inversión con interés garantizo? Si el riesgo de perder un 10, un 15 o
incluso un 100% le provoca sudores fríos, o si su usted es una persona de
naturaleza inquieta, la inversión en acciones probablemente no esté pensada
para usted y mejor haría en encaminarse hacia inversiones de renta fija como
las obligaciones del Estado, si es que no piensa tocar su dinero en unos años,
o bien hacia las cuentas de alta remuneración o depósitos a plazo, si va a
necesitar su dinero en un plazo de tiempo más breve. También puede reducir los
riesgos limitando el peso de las acciones al 10 o al 20% de toda su cartera.
EVOLUCIÓN DE LA BOLSA ESPAÑOLA
Cualquier inversor en acciones ha de ser capaz
de soportar las inevitables fluctuaciones de las cotizaciones. El único bálsamo
para ellas es una adecuada diversificación de la cartera.
¿Vía fondos o en acciones directamente?
Invertir en acciones puede hacerse de
diferentes maneras:
En primer lugar, puede invertir a través de fondos de acciones gestionados
por profesionales, disponibles en general a partir de unas cuantas docenas de
euros solamente. El gestor se encarga él mismo de la diversificación
invirtiendo en empresas de diferentes países o sectores, lo que reduce
considerablemente los riesgos. Sin embargo, infórmese cuidadosamente sobre la
regularidad de los rendimientos obtenidos respecto a los riesgos asumidos antes
de cualquier inversión en fondos.
La otra solución consiste en buscar usted mismo acciones interesantes.
El problema no obstante reside en que esto exige un capital disponible
importante y mucho trabajo, sobre todo si es usted un neófito.
Seleccionar y analizar las acciones y después
seguir su cartera le consumirá un tiempo considerable. Y ello sin hablar de los
eventuales riesgos adicionales que asumirá en este caso.
Y viceversa, todo este trabajo de selección
podrá verse recompensado con un rendimiento más elevado y aportarle una gran
satisfacción intelectual.
Consejos a tener en cuenta
Resulta esencial
no poner todos lo huevos en la misma cesta. Con un mínimo de entre 7 y, mejor aún, 10 acciones, empezará a
tener una cartera bien diversificada que le permita reducir riesgos y
estabilizar el rendimiento de sus inversiones. Tenga en cuenta que tanto en la
compra de acciones como por su custodia y venta posterior, deberá utilizar un
intermediario que le cobrará comisiones por ello. Al ser habitual la aplicación
de gastos mínimos en cada operación, no suele ser recomendable invertir menos
de un cierto montante: p.ej. 1.000 euros para las acciones españolas y 2.000
euros por las extranjeras. Ahora bien, si una inversión en 10 acciones
individuales representa para usted un esfuerzo demasiado importante, quizá le
vaya mejor con los fondos de acciones, salvo que esté dispuesto a aceptar un
mayor riesgo.
Desde luego, también puede combinar fondos de
acciones y acciones individuales para la parte más activa de su cartera.
Sea
realista. Es muy raro que una acción se convierta
en el premio gordo. E incluso aunque pueda parecerlo en un primer momento, el
viento puede cambiar en cualquier momento.
Sepa asimismo que es poco habitual que un
gestor profesional lo haga mejor que la Bolsa y que aún es más raro que consiga
hacerlo durante varios años consecutivos. Sean cuales fueren sus conocimientos sobre
Bolsa y las valiosas fuentes de información de las que disponga, mantenga
siempre los pies en el suelo y sea consciente de que no podrá sistemáticamente
hacerlo mejor que los otros.
No se fíe
del “momento adecuado”. En efecto, es casi
imposible saber cuándo una cotización ha alcanzado techo o tocado fondo.
Procure más bien saber si una acción esta infravalorada o sobrevalorada en
función de las perspectivas de la sociedad.
Por último, si usted invierte en acciones a través de un fondo, puede, en la
mayoría de los casos, invertir una cantidad adicional de manera regular y
así constituirse un pequeño ahorro sin tener que preocuparse por las
fluctuaciones de la cotización.