Lección 1 : Preparar la transmisión del patrimonio familiar

Preparar la transmisión del patrimonio familiar
Preparar la transmisión del patrimonio familiar
Tarde o temprano, llegará el momento en el que tu patrimonio pase a tus herederos. Si quieres que lo que tanto esfuerzo te ha costado reunir llegue a los tuyos sin que el Fisco se lleve una parte excesiva, conviene planificar con antelación. Cuanto mayor sea el patrimonio, más importante resulta hacerlo.
Si no tomas ninguna decisión, tus bienes se transmitirán automáticamente a través de la herencia, y serán tus herederos quienes deban tributar por el Impuesto de Sucesiones.
Este impuesto se liquida en la comunidad autónoma en la que hayas residido la mayor parte de los últimos cinco años. Y se paga de golpe, reduciendo así el valor neto de lo que reciben tus herederos.
Si hablamos de herencias modestas para familiares directos (cónyuge, hijos, padres), la carga fiscal puede no ser muy elevada gracias a reducciones y bonificaciones autonómicas. Por ejemplo: reducción de 500.000 € para cónyuge, descendientes o ascendientes en Aragón; 100.000 € en Cataluña…
Pero si tu patrimonio es mayor o los herederos no son familiares tan directos, la situación cambia. El impuesto es progresivo: cuanto más reciban, más porcentaje deberán pagar. Además, se tiene en cuenta el patrimonio previo del heredero, lo que puede elevar aún más la factura.
👉 Como ves, si no haces nada, corres el riesgo de que tus herederos tengan que pagar bastante más de lo que esperabas.
Hay un caso muy común en el que es posible ahorrar impuestos con una decisión sencilla.
Imagina un matrimonio con hijos. Fallece uno de los cónyuges. Si el superviviente ya cuenta con suficiente patrimonio propio (porque tenía separación de bienes, o porque recibe su parte tras liquidar la sociedad de gananciales), puede renunciar expresamente a su parte de herencia de forma pura, simple, gratuitamente y sin designar nuevos beneficiarios, con lo que esa parte de la herencia pasará al resto de herederos que la acepten (normalmente los hijos).
Hacerlo mediante escritura pública y ante notario evita una doble tributación:
Que el cónyuge superviviente pague por heredar ahora.
Y que más adelante los hijos vuelvan a pagar por esos mismos bienes cuando fallezca el progenitor superviviente.
Cuando aceptas una herencia, adquieres no solo los bienes y derechos, sino también las deudas y obligaciones del fallecido. Si el saldo global puede ser negativo, lo más prudente es renunciar. Si tienes dudas, acepta “a beneficio de inventario”: es una modalidad de aceptación que mantiene separadas la herencia y tu propio patrimonio, de modo que solo respondes con los bienes heredados. Para ello, debes declararlo ante notario y formar inventario en los plazos legales.
Mientras se elabora el inventario, evita cualquier acto que suponga aceptar de hecho; recuerda que aceptar o renunciar es irrevocable.
Si no planificas, tus herederos pagarán el Impuesto de Sucesiones según la normativa de tu comunidad autónoma.
Para herencias pequeñas entre familiares directos, la carga fiscal puede ser reducida; para patrimonios mayores, el coste se dispara.
Una renuncia bien planteada en matrimonios con hijos puede evitar pagar dos veces por los mismos bienes.
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