Lección 2 : Consejos para transmitir el patrimonio familiar

Consejos para transmitir el patrimonio familiar
Consejos para transmitir el patrimonio familiar
En caso de fallecimiento de un cónyuge casado en régimen de gananciales, lo primero es disolver la sociedad. El cónyuge superviviente se queda con la mitad del patrimonio común, y el resto se reparte entre los herederos.
La clave está en repartir en bloques de igual valor:
Al viudo/a suele convenirle quedarse con la vivienda habitual, ya que si más adelante la vende o dona y tiene más de 65 años, estará exento de IRPF por las plusvalías.
Los bienes con fuertes ganancias acumuladas conviene asignarlos a la herencia, porque los herederos los recibirán “limpios” de plusvalías de ese inmueble.
En cambio, los bienes con pérdidas latentes es mejor asignarlos al cónyuge superviviente.
Si existen fondos, acciones u otros activos con plusvalías acumuladas, no es buena idea asignarlos al cónyuge viudo en la liquidación de gananciales. Si más tarde necesita venderlos, tributará por todas las ganancias en su IRPF.
En cambio, si pasan a los herederos, el valor fiscal de adquisición será el que tengan en el momento de la herencia, sin cargas fiscales por plusvalías anteriores.
Cuando un heredero recibe un bien y paga Impuesto de Sucesiones, ese impuesto se puede sumar al valor de adquisición. De esta forma, si vende el bien de inmediato, incluso podría declarar una minusvalía compensable en su IRPF.
Para quien piensa en sus herederos, es más eficiente dejar invertido el dinero en un fondo monetario que en efectivo, ya que fiscalmente los herederos podrán aprovechar mejor el Impuesto de Sucesiones pagado.
La tributación varía muchísimo según la comunidad autónoma. En Madrid, por ejemplo, las herencias y donaciones entre padres e hijos están prácticamente bonificadas, y tampoco se paga Impuesto sobre el Patrimonio.
Incluso hay quienes valoran trasladar su residencia a otros países con sistemas fiscales más ventajosos, como Andorra o Chipre. Eso sí: antes de dar un paso tan importante, conviene asesorarse bien y hacer números.
El Impuesto de Sucesiones puede ser muy alto, pero tienes herramientas para rebajarlo:
Donaciones parciales: mejor repartir en varias entregas que transmitir todo de golpe. Donando poco a poco, el impuesto es menor gracias a la progresividad.
Espaciar las donaciones: si se realizan con más de tres años de diferencia, no se acumulan para calcular el tipo medio.
Eso sí, las donaciones de inmuebles conllevan también plusvalía municipal. Y recuerda: en donaciones, la normativa aplicable depende de la comunidad autónoma de residencia del donatario (el que recibe), no del donante.
Donar ciertos bienes puede tener consecuencias fiscales para ti:
El Fisco considera que una donación para el donante tiene efectos fiscales similares a los de una venta, por lo que debe declarar en su IRPF por las ganancias que acumule ese bien en el momento de la donación. Ahora bien, caso de acumular pérdidas el Fisco no permite deducirse en el IRPF del donante tal pérdida.
Donar dinero en metálico no genera ni ganancias ni pérdidas, por lo que caso de querer donar algún bien que ha perdido valor es mejor venderlo primero y donar el dinero después, porque la donación no permite declarar pérdidas, mientras que la venta sí.
Donar la vivienda habitual con más de 65 años (ojo, con esta edad ambos cónyuges en caso de gananciales) también puede ser ventajoso, ya que no tributa en IRPF.
El impuesto es más alto cuanto más lejano es el parentesco. Hermanos, tíos o sobrinos pagan mucho más que hijos o cónyuge.
En algunas comunidades existen reducciones específicas (por ejemplo, en Canarias para hermanos). Si no quieres complicarte con donaciones formales o cambios de residencia, otra opción puede ser ayudar a tus allegados en vida gastando directamente con ellos, sin perder tú el control de tu dinero.
Planificar la herencia es clave para que tus bienes no se vean mermados por los impuestos.
Conviene asignar los activos con plusvalías a la herencia, y los que acumulan pérdidas al cónyuge viudo.
Donar poco a poco y con antelación puede ser una estrategia muy eficaz.
Cambiar de comunidad o incluso de país puede marcar la diferencia.
Lo mejor es planificar con calma, comparar alternativas y contar con buen asesoramiento.
Por favor, mántengase a la espera mientras desbloqueamos la página...