Lección 2 : ¿Cómo funciona un depósito a plazo?

¿Cómo funciona un depósito a plazo?
¿Cómo funciona un depósito a plazo?
El principio es claro: inviertes una cantidad de dinero durante un periodo fijado de antemano y, al vencimiento, el banco te paga unos intereses pactados por contrato.
El tipo de interés se conoce desde el inicio y se mantiene durante todo el plazo.
Los intereses pueden abonarse periódicamente (mensual, trimestral, anual) o de una sola vez al final.
Una vez pagados, esos intereses pueden a su vez generar rendimiento si los reinviertes (efecto de los intereses compuestos).
Ejemplo:
Si contratas un depósito de 1.000 euros a 12 meses al 2% TAE, al final del periodo recibirás los 1.000 euros iniciales más 20 euros de intereses (antes de impuestos).
En resumen:
El capital queda inmovilizado durante todo el plazo.
Conoces de antemano lo que vas a ganar.
Si cancelas antes de tiempo, puedes perder parte o todos los intereses.
Consejo:
Si crees que necesitarás disponer del dinero, opta por un depósito a corto plazo o por un producto más líquido, como una cuenta de ahorro.
El depósito a plazo no admite ingresos ni retiradas libres:
Haces una aportación inicial (el capital contratado) al abrir el depósito.
Ese dinero queda bloqueado hasta el vencimiento.
Solo en casos excepcionales se permite cancelación anticipada, y siempre con penalización en los intereses.
Importante:
Un depósito a plazo no es una cuenta corriente. No puedes vincularle una tarjeta, ni domiciliar tu nómina, ni usarlo para transferencias o recibos.
Depende de lo que establezca cada banco en el contrato:
Al vencimiento (lo más habitual).
De forma periódica: mensual, trimestral o anual.
En cualquier caso, el cálculo de intereses se hace desde el primer día hasta el último del plazo pactado.
Los más comunes son:
Depósitos a plazo fijo tradicionales: interés fijo y garantizado durante todo el periodo.
Depósitos con intereses crecientes: la rentabilidad aumenta a medida que pasa el tiempo.
Depósitos combinados o estructurados: parte del dinero se mantiene seguro en un depósito clásico y otra parte se invierte (con más riesgo).
La entidad financiera se encarga de:
Custodiar tu dinero hasta el vencimiento.
Calcular y abonar los intereses pactados.
Informarte sobre las condiciones del depósito, las penalizaciones y la fiscalidad.
Puedes consultar en todo momento el contrato, la rentabilidad acordada y el calendario de pago de intereses.
Un depósito a plazo consiste en invertir tu dinero durante un tiempo determinado a cambio de un interés fijo.
El capital queda bloqueado hasta el vencimiento, salvo cancelación anticipada con penalización.
Los intereses se pagan al final o periódicamente, según lo pactado.
Existen distintas modalidades (tradicionales, crecientes, combinados).
El Fondo de Garantía de Depósitos garantiza el capital hasta 100.000 € por titular y entidad, en caso de quiebra de la entidad.
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